En plena madurez futbolística y probablemente en su mejor momento, Raphinha, ha decidido dar un paso en un terreno que muchos compañeros aún consideran tabú: la salud mental. El brasileño, pieza clave en el ataque del FC Barcelona, concedió una entrevista en la que habló sin rodeos sobre la importancia del acompañamiento psicológico en la vida de un deportista.
“Hace cinco años que empecé tratamiento psicológico”, confesó Raphinha en un inicio, para matizar más tarde que se trataba de consultas periódicas y no de un tratamiento clínico. El jugador recordó que, en un principio, asociaba la figura del psicólogo a algo negativo.

“Antes veía eso como algo para los locos, pero viendo la importancia que tiene para un jugador de fútbol y un profesional, di el paso”, confesó el deportista. Desde entonces, mantiene esa rutina como una herramienta fundamental en su carrera y en su vida personal.
Raphinha habla sobre la importancia de la salud mental
Raphinha relató que ya había recurrido a estas consultas en su etapa en el Rennes y en el Leeds, lo que evidencia que no se trata de una decisión reciente. “Voy a consultas con psicólogo hace años. Lo veo como muy importante”, insistió, subrayando que el trabajo mental resulta tan decisivo como el físico para rendir en la élite.
La confesión del extremo azulgrana pone sobre la mesa un asunto que poco a poco comienza a normalizarse en el mundo del deporte, pero que todavía encuentra resistencias en determinados vestuarios. “Hay gente que cree que es solo para la gente que tiene problemas de cabeza y yo creo que ahora es importante para saber qué pasa contigo”, explicó.

Desmontando con naturalidad el estigma que pesa sobre la psicología. Y añadió una frase que resume la esencia de su experiencia: “Los jugadores acuden al psicólogo para saber qué pasa contigo mismo”.
Raphinha confirma que va al psicólogo
La intervención de Raphinha no es solo un testimonio personal, sino también una llamada de atención a la necesidad de cuidar la salud mental en el deporte profesional. La presión de competir cada tres días o la exigencia de mantener un alto nivel físico convierten al futbolista en un perfil bastante vulnerable a la ansiedad y el estrés.
En este sentido, las palabras de Raphinha abren un debate cada vez más presente en el fútbol moderno. La mente también juega, y atenderla bien puede marcar la diferencia entre un buen rendimiento y la caída en un bache del que no siempre es fácil salir.

