Pese a los cielos encapotados, las tormentas eléctricas y la lluvia que se ha instalado en buena parte de España, el calor no da tregua. La inestabilidad meteorológica que afecta sobre todo a la mitad norte del país no ha venido acompañada, como muchos podrían esperar, de un descenso generalizado de las temperaturas.
En muchas zonas el ambiente sigue siendo sofocante, tanto de día como de noche. Así lo ha habían ido advirtiendo expertos como Roberto Brasero toda la semana.

En el norte sí que se han registrado ciertos descensos térmicos, con temperaturas más suaves en comparación con jornadas anteriores. En el resto del país, y especialmente en el centro, sur y zonas interiores, el panorama térmico apenas ha cambiado.
Lluvias sin mucho alivio térmico
Roberto Brasero lo tiene claro. Las precipitaciones, lejos de refrescar el ambiente, han llegado en forma de tormentas intensas, localizadas, y muchas veces acompañadas de granizo o viento, pero sin un descenso real de las temperaturas. Esta combinación de humedad y calor está haciendo que la sensación térmica sea incluso mayor que en días anteriores.
Además, con los suelos calientes y saturados de calor acumulado, el agua que cae se evapora rápidamente, generando más humedad ambiental, lo que refuerza el carácter pegajoso y pesado del ambiente. En resumen: llueve, pero no refresca.
La buena noticia de Roberto Brasero: respiro a la vista
Sin embargo, hay esperanza para quienes ya no soportan más el calor. El meteorólogo Roberto Brasero ha adelantado este jueves una previsión que podría traer algo de alivio. A partir de este mismo sábado, se esperan ligeros descensos en las temperaturas en buena parte del país.
Aunque no será una bajada radical, sí se notará, especialmente en la mitad norte peninsular. Afirma Roberto Brasero que allí las máximas podrían caer entre 3 y 4 grados respecto a hoy.

En el sur, donde se han registrado las temperaturas más extremas esta semana —con máximas de 43 grados en algunas capitales— también se notará una leve bajada. Esta será más moderada, de uno o dos grados. Aun así, será suficiente para que ninguna capital española alcance los 40 grados el sábado, algo que no ocurría desde hace varios días.
El Mediterráneo, la excepción
La única excepción, confirma Roberto Brasero, será la franja mediterránea. Allí, lejos de bajar, las temperaturas podrían seguir subiendo ligeramente. La masa de aire cálido africano que ha estado afectando a la península parece resistirse a marcharse de esa zona, empujada por vientos del este y la acumulación de humedad.
La previsión de Roberto Brasero de descenso térmico para el sábado supone un pequeño respiro, pero no implica el final del verano ni de los episodios de calor. El alivio será puntual y relativo, especialmente para quienes viven en zonas del interior o del sur peninsular. Habrá que seguir atentos a las actualizaciones meteorológicas y prepararse para más jornadas calurosas.