Lamine Yamal ha sido una de las grandes sensaciones del fútbol mundial esta temporada. A sus 17 años ha deslumbrado con el FC Barcelona y con la selección española. Su talento y regularidad lo colocan ya como favorito para el Balón de Oro.
Cada partido que juega es una exhibición. Rompe líneas, desborda rivales y marca diferencias con una madurez impropia de su edad. Lo suyo parece no tener techo.
La gran final de la Nations League no fue su noche
Sin embargo, ni siquiera él está libre de la derrota. Anoche, España perdió la final de la Nations League ante Portugal. Fue en la tanda de penaltis tras un empate sin goles.
Lamine jugó los 90 minutos, pero estuvo muy por debajo de su nivel habitual. Apenas tuvo impacto en ataque y se le vio algo frustrado durante el encuentro. Al final, su partido pasó más desapercibido de lo habitual.
Lo que no pasó desapercibido fue lo que hizo tras el pitido final. Mientras la selección española permanecía en el campo esperando la ceremonia de entrega, ocurrió algo llamativo. Yamal fue el único que se apartó del grupo.
El gesto de Lamine Yamal que dividió a la afición
El resto de jugadores aplaudió a los campeones. Todos mostraron respeto hacia Portugal, que se coronó como nuevo campeón de la Nations League. Todos menos Lamine, que no aplaudió ni felicitó.
Su gesto no ha pasado inadvertido. Las cámaras captaron claramente cómo se alejó, cabizbajo, sin participar en la felicitación al rival. Las redes sociales se han llenado de comentarios sobre su actitud.
Algunos lo defienden. Dicen que es joven, competitivo y que el dolor de la derrota puede más en esos momentos. Otros, sin embargo, lo tachan de falta de deportividad.
No es la primera vez que una estrella joven es criticada por su comportamiento. Lamine Yamal está aprendiendo a convivir con la presión y la atención mediática. Todo lo que haga será analizado al detalle.
Es probable que el gesto no tuviera mala intención. Aun así, se espera más de alguien que apunta a ser referente mundial. La humildad y el respeto en la derrota también forman parte del camino.
España no pudo lograr el título, pero el futuro sigue siendo prometedor. Yamal es parte fundamental de ese proyecto. Aunque esta vez, su imagen final no fue la que muchos esperaban.
La escena vivida con Lamine Yamal también abre el debate sobre cómo gestionar el carácter de los jóvenes talentos. No cabe duda de que su ambición es una virtud, pero canalizarla con madurez será clave para su crecimiento personal y profesional. El Barça y la selección tienen entre manos un diamante, pero todavía en proceso de pulido.