Reservada y con un pasado ligado al deporte de élite, la princesa Charlene de Mónaco es mucho más que un rostro de la realeza europea. Antes de casarse con el príncipe Alberto, fue nadadora olímpica y compitió al más alto nivel.
Hoy, ese vínculo con el agua se mantiene vivo, pero desde otro enfoque: la prevención. Charlene ha hecho de la lucha contra los ahogamientos su causa personal, y lo hace con un compromiso que nace de una experiencia profundamente dolorosa.

Alberto de Mónaco recibe un preocupante mensaje de Charlene
En una entrevista en el diario Ouest-France, la princesa se ha sincerado por primera vez sobre un episodio que marcó su vida para siempre: la pérdida de su primo Richard. El pequeño murió ahogado cuando tenía solo 5 años.
"Fue muy cerca de la casa de mi tío", explica Charlene, visiblemente afectada. "Fue devastador, no creo que ese dolor desaparezca jamás", confiesa. Este trágico suceso, vivido en la infancia, dejó una huella que aún perdura.
Hoy, como madre de dos hijos, Jacques y Gabriella, Charlene ha querido transmitirles la importancia de saber nadar. Sus hijos han seguido cursos de natación, buceo y salvamento. Ella misma insiste en que conocer las reglas básicas en el agua puede marcar la diferencia.

Charlene de Mónaco ha abierto su corazón
La princesa se muestra alarmada por el aumento de muertes por ahogamiento, especialmente en Francia durante los meses de verano. "Estoy profundamente preocupada", afirma. Además, no duda en enviar "mis más sinceras condolencias a quienes han perdido un ser querido".
Su mensaje es claro: "El agua debe seguir siendo un lugar de alegría, no de luto". Y aunque reconoce que saber nadar "no es una garantía absoluta, sí una protección poderosa".
Desde que se convirtió en princesa, Charlene ha impulsado esta causa a través de su fundación. Una organización centrada en tres ejes: Aprender a Nadar, Seguridad en el Agua y Deporte y Educación. Además, todos los programas están dirigidos tanto a niños como adultos.
Como firme defensora de la educación desde la infancia, exige "clases gratuitas, cursos escolares y campañas educativas". Charlene de Mónaco ha transformado su dolor en acción. Porque prevenir es también una forma de proteger.
La historia personal de la princesa Charlene recuerda que detrás de cada dato sobre ahogamientos hay una vida truncada y una familia rota. Con educación, prevención y conciencia, su mensaje cobra fuerza: el agua debe ser un espacio de disfrute, nunca de pérdida.

