A sus 87 años recién cumplidos, la reina Sofía se ha convertido en un ejemplo de salud, serenidad y constancia. Sus recientes apariciones públicas han dejado claro que se mantiene activa, con buena energía y una vitalidad que despierta admiración. Muchos se preguntan cuál es el secreto de su bienestar, y la respuesta está en su estilo de vida sobrio, disciplinado y, sobre todo, en su cuidada alimentación.
La madre del rey Felipe VI presta especial atención a todo lo que come. Desde hace años sigue una dieta equilibrada, sin excesos, y con reglas que ella misma respeta de manera estricta. Entre ellas, hay una muy clara: hay un tipo de alimento que tiene completamente prohibido en su mesa.

La reina Sofía y su firme rechazo a los alimentos procesados
La reina Sofía, que está de actualidad porque su marido, Juan Carlos I, ha publicado sus memorias, se encuentra centrada en su agenda oficial. Y en los actos que está participando parece haber dejado claro que no le importa nada lo que él haya revelado ni dicho sobre ella.
La monarca sabe qué es lo importante y así se muestra dispuesta siempre a cumplir con su papel institucional y como apoyo de su hijo. Y en el desempeño de dicha labor ha evidenciado que está estupenda sus 87 años. Sí, que se mantiene sana y con energía, lo que es fruto, entre otras cosas, de que cuida al máximo su dieta.
Al parecer, la reina Sofía evita a toda costa los alimentos procesados, se los ha prohibido a sí misma. Y es que tiene muy claro que no son saludables y que aportan grasas innecesarias al organismo.
Pero eso no es todo, pues en su dieta tampoco tienen cabida los productos industriales que contengan azúcares añadidos, grasas saturadas o conservantes artificiales. Ella considera que esos ingredientes son perjudiciales, tanto para la salud como para el equilibrio del cuerpo.
Esta elección no es casual. Desde joven, la reina Sofía ha mostrado un profundo interés por la nutrición y la vida sana. Su educación en Grecia y su paso por diferentes países le dieron una visión clara sobre los hábitos saludables y la importancia de una alimentación natural.

No obstante, no es menos cierto que cuando comenzó a preocuparse más por lo que ingería fue en la década de los años 60. Concretamente, cuando su padre sufrió un cáncer de estómago por el que acabó perdiendo la vida.
Desde entonces, la emérita apuesta siempre por productos frescos, de temporada y preparados de forma sencilla. Frutas, verduras, legumbres y cereales integrales forman la base de su alimentación.
Los otros alimentos que la reina Sofía evita para cuidar su salud
Otro punto clave de su estilo de vida es que no bebe alcohol. Ni vino, ni cerveza, ni licores. La reina Sofía opta siempre por agua o infusiones, lo que contribuye a mantener su organismo libre de toxinas y perfectamente hidratado.

Además, ella se ha declarado abiertamente vegetariana. De ahí que no consume carne roja bajo ninguna circunstancia, y rara vez incorpora proteína animal a su menú. En casos puntuales, sí incluye carne blanca, como pollo o pavo, y de vez en cuando pescado azul, por su aporte en omega-3 y proteínas de calidad.
El modo en que la reina Sofía cuida su alimentación está completamente alineado con su carácter discreto y su forma de entender la vida. Lejos de los excesos, prefiere una rutina tranquila, basada en la moderación y el sentido común. Su dieta no es una moda ni una imposición, sino una filosofía de vida que ha mantenido constante durante décadas.
Y los resultados están a la vista. A sus 87 años, conserva una figura esbelta, una piel luminosa y una energía que pocos podrían imaginar a su edad.

