La imagen familiar de los Beckham, construida durante años, parece tambalearse tras unas declaraciones sorprendentes. Amigos cercanos a Brooklyn Beckham han roto su silencio para exponer lo que califican como una realidad muy distinta a la que proyectan David y Victoria. Según cuentan, el matrimonio no es tan idílico como aparenta y Victoria ha sido calificada directamente como "tóxica".
Estas afirmaciones han sido difundidas por el medio estadounidense TMZ, que ha hablado con fuentes próximas al entorno de Brooklyn Beckham. En el testimonio recogido, se denuncia un comportamiento controlador y narcisista por parte de los padres. Las mismas fuentes aseguran que tanto Brooklyn como su esposa, Nicola Peltz, están emocionalmente agotados por como son tratados por David y Victoria.

El relato de estas personas cercanas pinta un escenario familiar lleno de tensión y decepción. Aseguran que el joven matrimonio ha intentado en varias ocasiones calmar las aguas con los padres de él, pero sus esfuerzos no han sido correspondidos. El desgaste es tal que ahora se sienten “devastados” y sin esperanzas de reconciliación verdadera.
La figura de Victoria Beckham es la más señalada en esta controversia. Según las declaraciones recogidas, la ex Spice Girl habría desarrollado una actitud posesiva hacia su hijo, especialmente desde que se casó con Nicola. El medio incluso recuerda que Victoria sintió que su nuera “le robó a su preciado hijo”, frase que ha quedado grabada como reflejo del conflicto emocional.
Nicola Peltz, la responsable del problema
Nicola Peltz, por su parte, se encuentra en el centro de esta tormenta desde el inicio del matrimonio. Su entorno asegura que ella está harta del comportamiento "narcisista" de sus suegros, al que considera perjudicial para Brooklyn. Desde el principio, la joven empresaria notó una dinámica disfuncional que se ha ido agravando con el paso del tiempo.
Uno de los momentos que más ha llamado la atención es el episodio en el que David Beckham habría reprendido verbalmente a su hijo. Según la fuente citada, Victoria intentó suavizar la situación escribiendo a Nicola un mensaje conciliador. En él, aclaraba que su marido “no le había gritado a Brooklyn durante una hora”, como si buscara controlar el relato de los hechos.

La situación se ha vuelto tan insostenible que el contacto entre ambas partes es mínimo y está cargado de tensión. Aunque Brooklyn y Nicola han manifestado estar dispuestos a hablar y a reconciliarse, los Beckham se niegan a conversar con Peltz. El motivo, según TMZ, es que ella siempre toma partido por su marido y responde a cualquier crítica que reciba.
Esto ha generado una dinámica defensiva en la que ninguna de las partes se siente escuchada. Los padres, según el entorno del joven matrimonio, utilizan una actitud “performativa”, mostrando disponibilidad pública pero cerrando puertas en privado. La pareja joven, por el contrario, se siente frustrada porque sus intentos sinceros de diálogo no reciben una respuesta real.
El distanciamiento es cada vez más evidente y la figura mediática de los Beckham empieza a mostrar grietas. La imagen de unidad y armonía que han mantenido durante años contrasta con el testimonio de quienes conocen de cerca la realidad. Lo que parecía una familia fuerte y cohesionada, ahora se describe como un entorno de control y manipulación emocional.
Brooklyn Beckham atraviesa una situación complicada
Brooklyn, que siempre ha sido muy discreto con los asuntos familiares, se encuentra atrapado entre dos mundos. Por un lado, siente la lealtad hacia sus padres; por otro, intenta proteger su nueva vida junto a Nicola. Las constantes fricciones hacen que su posición sea cada vez más delicada.

A pesar del conflicto, el matrimonio joven sigue intentando marcar su propio camino. Están centrados en su vida profesional, sus proyectos personales y la construcción de una familia distinta a la que dejaron atrás. Pero la sombra de los Beckham sigue proyectándose sobre ellos, complicando cualquier avance.
El desgaste emocional que relatan las fuentes deja claro que la tensión no es reciente ni superficial. El resentimiento acumulado en los últimos años ha generado heridas que aún no cicatrizan. Y si algo queda claro, es que este enfrentamiento familiar va mucho más allá de un simple malentendido.
Por el momento, ni David ni Victoria han respondido públicamente a estas acusaciones. El silencio mediático contrasta con la gravedad de las palabras empleadas por quienes aseguran conocer lo que realmente ocurre. Y en esta guerra silenciosa, las emociones, las percepciones y los egos parecen pesar más que cualquier vínculo de sangre.