Luis Rubiales, punto y final. El expresidente de la Federación Española de Fútbol dimitió el pasado domingo. Lo hizo lejos de España, en Londres y con el prestigioso periodista británico Piers Morgan.
Rubiales apeló a la "dignidad" y volvió a dejarse el perdón en el camino. Àngels Barceló, periodista de la SER, empezó su 'Hoy por hoy' hablando del caso Rubiales. Y sí, como de costumbre, fue muy contundente.
"Rubiales ha dimitido. 21 días después de besar a una futbolista sobre la que tenía un poder evidente y después de una asamblea en la que la culpó a ella por arrimarse. Nos dejó en shock tanto al país como al conjunto de los partidos políticos", decía la periodista catalana.
"¿Este es el capítulo final de esta historia tan turbia? ¿O ha servido para abrir más interrogantes sobre el estado del fútbol español? ¿Han entendido lo que está pasando? Y los futbolistas? Las estrellas masculinas que tanto tardaron en pronunciarse... ¿Han entendido los jefes del futbol que tienen que abrir las ventanas, que tiene que llover?, ha comentado Barceló.
El lento adiós de Rubiales
Y es que han pasado 21 días. 21 días en los que se ha hablado de un beso y no de fútbol. La celebración del Mundial femenino lo empañó todo. El entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, dinamitaba el guión y el protocolo besando a la futbolista Jenni Hermoso.
La imagen no tardó en volverse viral. La noticia ya no era el Mundial, era el beso. Tras varios días, Rubiales iba a dimitir. Pero en la asamblea extraordinaria de la RFEF que él mismo agendó, se ratificó en el cargo.
"No voy a dimitir", decía una y otra vez. Finalmente, pero, y tras varias amenazas legales —con una inhabilitación por el medio— Rubiales ha dado un paso al lado. Lo hace, dice, por sus hijas y por una dignidad que quiere recuperar.