En la edición más reciente de Pasapalabra, se ha vivido un momento que ha dejado a todos boquiabiertos. Manu, el carismático concursante madrileño que acumula ya más de 260 programas a sus espaldas, ha protagonizado un instante de tensión inesperado. Dicho momento ha derivado en un anuncio tan sorprendente como urgente sobre el ansiado bote final del concurso.
El psicólogo, conocido tanto por su inteligencia como por su cercanía con el público, sigue luchando por completar las 25 definiciones del Rosco. Aunque ha estado a punto de llevarse el millonario premio en varias ocasiones, este continúa resistiéndosele.

Su constancia ha sido admirable, incluso cuando su rival, Rosa, ha elevado su nivel en las últimas semanas, obligando a Manu a enfrentarse a duros oponentes en la temida Silla Azul. Rosa, concursante gallega aún sin alcanzar los 24 aciertos en El Rosco, se ha consolidado como una digna competidora.
Manu protagoniza un momento sorprendente en Pasapalabra
Pero el verdadero giro inesperado ocurrió durante el último programa, cuando el tertuliano Gonzalo Miró, habitual de los platós de televisión, compartía equipo azul con Manu y la modelo Marisa Jara.
Todo comenzó con una calma aparente. Roberto Leal daba la bienvenida a los invitados y al ya veterano concursante, quien rompió el hielo con una frase tranquila: "No news, good news". Haciendo alusión a su estabilidad personal y al tiempo que ha aprovechado para seguir estudiando.

Sin embargo, la tensión se palpó en el ambiente cuando el tertuliano interrumpió la charla para lanzar una afirmación que dejó a todos perplejos. "Manu no quiere ganar el bote de Pasapalabra hasta que supere los dos millones de euros", confesó. Una teoría que, según el tertuliano, circula desde hace tiempo y que él consideró oportuno compartir en directo.
La reacción de Manu fue inmediata. Sin perder la compostura, negó rotundamente con la cabeza mientras mantenía una expresión de sorpresa.
Nadie esperaba el gesto de Manu en Pasapalabra
Con ese gesto, sencillo, pero contundente, Manu dejó claro que las palabras del invitado no solo eran falsas, sino también inoportunas. Un silencio tenso se apoderó del plató por unos segundos, mientras el público, los invitados y el propio Roberto Leal procesaban lo sucedido.

Este anuncio, aunque no verbal, ha sido interpretado como una declaración firme del concursante: Manu sigue enfocado en su objetivo sin dobles intenciones ni estrategias.
Su compromiso con el concurso es total, y sus seguidores lo saben. La incómoda insinuación ha quedado desmentida con un simple pero poderoso movimiento de cabeza. Y, como era de esperar, todos han alucinado.