Un joven con esmoquin y una mujer con sombrero elegante color crema aparecen juntos en la imagen, ambos con expresiones serias.

Charlene de Mónaco rompe su relación con Alexandre Grimaldi por un motivo de peso

Sale a la luz la razón por la que Charlene de Mónaco no quiere mantener contacto con Alexandre Grimaldi

Tras años de rumores, sale a la luz la razón de peso por la que Charlene de Mónaco decidió romper cualquier tipo de relación con Alexandre Grimaldi, hijo ilegítimo del príncipe Alberto.

Hace unas semanas, se encendieron todas las alarmas alrededor de la pareja real, a raíz de las polémicas acusaciones de Claude Palmero, excontable del soberano. Un testimonio que provocó la inmediata reacción de la Comisión Europea.

El príncipe Alberto II y la princesa Charlene de Mónaco, ambos sonrientes en un entorno exterior.
Trasciende el mayor conflicto entre Charlene de Mónaco y el príncipe Alberto | Europa Press

Ahora, y con este tema resonando con más fuerza que nunca, ha estallado una nueva tormenta dentro de la familia Grimaldi. Este conflicto tiene como protagonistas a Charlene de Mónaco y Alexandre Grimaldi, cuyas diferencias han dejado de ser privadas.

Como era de esperar, este nuevo episodio no solo compromete su matrimonio con el príncipe Alberto, sino que, además, vuelve a poner en entredicho la unidad de toda la familia principesca.

Queda al descubierto la razón por la que Charlene de Mónaco no quiere tener relación con Alexandre Grimaldi

El origen de esta polémica familiar reside en una cuestión tan delicada como explosiva: los hijos que Alberto tuvo antes de casarse, Alexandre Grimaldi-Coste y Jazmin Grace Grimaldi.

Y es que, aunque ambos fueron reconocidos legalmente por el soberano en 2005 y 2006, respectivamente, este tema sigue siendo una fuente de tensión dentro de su matrimonio.

La Familia Real de Mónaco, elegantemente vestidos, caminan juntas al aire libre frente a un edificio blanco.
Charlene se niega a que Alexandre tenga relación con sus hijos | Instagram, @palaisprincierdemonaco

Sin embargo, la posible cercanía de los jóvenes con sus hermanos, los mellizos Jacques y Gabriella, ha activado todas las alarmas en Charlene de Mónaco. Tanto es así que, lejos de suavizar su postura, la princesa ha tomado una línea inflexible frente a esta posibilidad.

Fuentes próximas señalan que la mujer del príncipe Alberto se opone tajantemente a mantener cualquier tipo de vínculo con Alexandre Grimaldi y su hermana mayor. “No quiere ni ver ni oír hablar”, aseguran quienes la conocen.

Por otra parte, personas cercanas al soberano han asegurado que la situación comienza a resultar insostenible. Y mucho más después de que Alberto, con la intención de reparar sus errores del pasado, haya manifestado su deseo de integrar a sus hijos mayores en la familia Grimaldi.

Alberto de Mónaco y sus hijos sonríen sentadas en un sofá alrededor de una mesa con botellas de agua, copas y platos con comida
La intención del príncipe Alberto es incluir a sus hijos en la familia Grimaldi | Instagram, @nicole.coste

Todo apunta a que su objetivo es, al menos, que pudieran compartir momentos con Jacques y Gabriella, formando un frente familiar más unido. Una idea que, según parece, no ha sido bien recibida por Charlene de Mónaco.

De hecho, según apuntan varios medios de comunicación, la princesa habría interpretado este gesto como una amenaza al equilibrio institucional del principado. Además, en el caso de Alexandre Grimaldi habría añadido un matiz muy relevante para ella.

Según ha trascendido, Charlene de Mónaco considera que su incursión en el mundo de la moda y su creciente popularidad generan cierta incomodidad en la corte y despiertan tensiones internas.

No obstante, el rechazo de la princesa no se limita únicamente a Alexandre. Jazmin Grace, la primogénita del príncipe, también ha sido excluida de los actos oficiales más relevantes desde que Charlene se convirtió en princesa consorte.

Más allá de los conflictos personales, todo apunta a que estas decisiones tienen un trasfondo mucho más estratégico. Y es que lo que busca Charlene de Mónaco es proteger la posición de su hijo Jacques, legítimo heredero al trono, frente a cualquier sombra que pueda proyectarse sobre su futuro.