El rey Felipe ha aceptado un pacto silencioso respecto al asunto Urdangarin, evitando así cualquier comentario público que pudiera incomodar profundamente a la reina Letizia. Felipe ha llegado hasta el final con esta decisión logrando con ello que Letizia respire aliviada y se sienta tranquila.
Dada la buena relación que mantuvieron en el pasado con Iñaki, los reyes se mantienen unidos en su objetivo de preservar su intimidad. De esta manera, el pasado y el presente del exduque de Palma ha pasado a formar parte de esa parcela ajena a todos.

El rey Felipe da el paso definitivo por el bien de la reina Letizia
Desde que ascendieron al trono, el rey Felipe y la reina Letizia se han tenido que enfrentar a numerosas polémicas. Quizás la que más dolor les causó a nivel personal fue la imputación y posterior encarcelación de Iñaki Urdangarin. ¿El motivo?, la buena relación que siempre han mantenido con los exduques de Palma.
Por ello, el rey Felipe ha llegado hasta el final de la cuestión tomando la decisión de no hablar de Urdangarin. Existe un pacto tácito entre las paredes de la Zarzuela donde el nombre de Iñaki está vetado para garantizar la tranquilidad de la reina Letizia. La sola mención del exduque de Palma ha incomodado a Letizia en más de una ocasión y Felipe quiere evitarlo.

De hecho, ni siquiera ha modificado en el árbol genealógico de la Casa Real la actual situación de la infanta Cristina. No se ha incluido su separación de Iñaki, a pesar de que todos los medios nacionales e internacionales la confirmaron hace años. Se trata pues, de la manera que tiene el rey Felipe de no remover el pasado ni el presente del exduque de Palma.
Sobre todo porque en ese pasado los reyes desempeñaron un papel fundamental. Tanto Felipe como Letizia fueron grandes amigos de Cristina e Iñaki. La reina encajó a la perfección con su cuñado, quizás por compartir con él una vida pasada que nada tenía que ver con la realeza.
Por ello, el caso Nóos fue un golpe bajo para Letizia que se sintió traicionada por el único igual que tenía en la Familia Real. De ahí que solo escuchar su nombre, la reina no pueda evitar un gesto de incomodidad.
El rey Felipe y la reina Letizia no olvidan la peor de las traiciones
La vida palaciega está llena de pactos y secretos que, en muchas ocasiones pueden cambiar el rumbo de la historia. Si no que se lo digan a la reina Letizia quien vivió muy de cerca una traición que jamás se pensó que ocurriría.
La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin formaban una pareja apreciada en la corona hasta que comenzaron las investigaciones del Caso Nóos, despertando sospechas generalizadas. A partir de ese momento, Felipe y Letizia evitaron coincidir con ellos y se apartaron del escándalo.

Urdangarin, con el caso Nóos, no solo sacó partido de la corona, también contribuyó a crear una mala imagen de la institución. El rey Felipe y Letizia tuvieron que capear el temporal y trabajar duro para borrar la impronta que dejó su cuñado. Una marca que se sumaba a los polémicos años de reinado de Juan Carlos y que complicó más el trabajo de los nuevos reyes.
Ese malestar se sustenta en la percepción de Letizia de que el asunto Urdangarin afectó directamente a la credibilidad institucional y la armonía familiar pública. Por todo ello, se ha pactado un silencio mutuo, que protege tanto la figura del rey como la tranquilidad de la reina.
En la práctica, esto se refleja en evitar pronunciamientos o alusiones a Urdangarin, tanto por parte del rey Felipe como por eventuales portavoces. Felipe guarda silencio respetuoso ante el tema, Letizia encuentra alivio en esa postura e Iñaki, finalmente, se ve forzado a aceptar esta nueva realidad institucional.