La Promesa tiene millones de seguidores que todas las tardes siguen con atención todas y cada una de las tramas de la serie. Y entre todos estos hay una experta en dicha ficción y, además, historiadora que ha hablado muy claro. Ha decidido jugársela y confirmar lo que se rumoreaba sobre Catalina, a la que da vida Carmen Asecas.
En el espacio titulado El club de La Promesa, que se emite después de la serie, es donde esa mujer ha confirmado lo que se rumoreaba sobre la hija del marqués. Ni más ni menos que tiene una vida en la ficción que dista mucho de la que vivieron realmente las mujeres de esa citada época en la que aquella transcurre.

La vida de Catalina, interpretada por Carmen Asecas, en La Promesa es puesta en jaque por una experta
En la ficción de La Promesa, Catalina es una de las hijas del marqués, probablemente la más querida. Es una joven con carácter y con una inteligencia para los negocios que la ha llevado a encargarse de la gestión de la finca familiar. Además, ha roto moldes al casarse por amor con Adriano, un humilde labriego, desafiando las reglas sociales de la época.
Este perfil la ha convertido en uno de los personajes más admirados, y la interpretación de Carmen Asecas ha sido clave para ello. Su naturalidad, determinación y profundidad emocional han logrado que los espectadores se identifiquen con ella. Pero, como ha señalado una historiadora en El club de La Promesa, hay una gran distancia entre Catalina y lo que una mujer de su posición podría haber vivido en la realidad de 1913.

La experta ha explicado que en esa época las féminas estaban completamente supeditadas a los hombres de su entorno. Así, ha manifestado: “La segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX fueron una auténtica losa para las mujeres. Dependían primero de su padre y después de su marido”.
A lo que ha añadido: “No podían tomar sus propias decisiones, heredar, abrir una cuenta bancaria o viajar. Y cuando una pareja se casaba y tenía hijos, esos hijos pasaban a pertenecer al padre. No podía decidir dónde vivían, ni siquiera dónde vivía ella”.
Esto significa que, legalmente, una mujer como Catalina no habría podido gestionar una finca. Y mucho menos tomar libremente la decisión de casarse con alguien de clase inferior, o tener voz propia dentro de los asuntos familiares. Los hijos del matrimonio ni siquiera le habrían pertenecido legalmente a ella.
La Promesa y la ficción histórica: ¿libertad narrativa o licencia excesiva?
Las declaraciones de esta historiadora han abierto un intenso debate entre los seguidores de La Promesa. Algunos defienden que se trata de una serie y puede tomarse ciertas licencias para crear personajes más atractivos y acordes con los valores actuales. Otros creen que, aunque se entienda esa necesidad narrativa, debería haber más coherencia con el contexto histórico real.
Lo cierto es que el personaje de Catalina, tal y como lo interpreta Carmen Asecas, representa una visión muy moderna del papel de la mujer. Ella toma decisiones por sí misma, desafía la jerarquía social, y demuestra una autonomía que pocas mujeres podían siquiera imaginar en aquella época. Todo ello convierte su historia en un símbolo de empoderamiento femenino.

Pero la historiadora ha sido clara: ese tipo de mujer, en el contexto de La Promesa, simplemente no podía existir. No con esos derechos, no con esa libertad.
La pregunta que queda en el aire es si este tipo de licencias perjudican o enriquecen a la serie. Sea como sea, la ficción sigue arrasando cada tarde en audiencia.