Carlos III con expresión seria al frente del Buckingham Palace con guardias uniformados y un ícono de advertencia rojo.

La familia Windsor, sin palabras tras la decisión de última hora del rey Carlos III

El marido de la reina Camila ha dado un paso en firme e inesperado que ha dejado boquiabierto a todo el mundo

La familia Windsor está perpleja y sin saber qué decir. ¿El motivo? La determinación de última hora que ha adoptado el rey Carlos III.

Él, que ha demostrado en más de una ocasión tener una visión moderna y empresarial de la monarquía, ha decidido dar un paso más en su gestión patrimonial. Y lo ha hecho optando por monetizar una de las casas que su madre más apreciaba en la finca de Sandringham. La ha puesto en alquiler como alojamiento rural de lujo.

Una persona mayor con sombrero y abrigo naranja adornados con flores y broche.
Isabel II tenía un enorme aprecio por ese lugar | Europa Press

El rey Carlos III alquila una de las casas favoritas de Isabel II

Nadie lo esperaba, pero ha sucedido. El rey Carlos III ha autorizado que se alquile Gardens House, una de las viviendas ubicadas dentro de la mítica finca de Sandringham, en Norfolk. Se trata de una propiedad privada que él heredó en 2022, y que ahora ha decidido transformar en una fuente de ingresos con el turismo.

La casa, que fue incluso hogar del jardinero real, ha sido restaurada recientemente para ofrecer comodidades modernas, aunque mantiene su estética tradicional y el encanto rural que tanto adoraba Isabel II. Según la agencia Oliver's Travels, encargada de su comercialización, el alquiler semanal ronda los 6.500 €. La vivienda está disponible para todo aquel que quiera disfrutar de una experiencia ‘real’, aunque solo sea por unos días.

El inmueble tiene capacidad para ocho personas, y cuenta con cuatro dormitorios, tres baños, sala de estar, comedor, y una cocina totalmente equipada. Además, dispone de un amplio jardín con vistas espectaculares al paisaje campestre de Norfolk. Sí, un lugar íntimamente ligado a la historia emocional de la familia real británica.

Según se detalla en el portal de reservas, la decoración combina elementos clásicos con toques modernos. Las maderas nobles, los textiles de calidad y los detalles florales evocan la tradición aristocrática británica. Además, al estar ubicada dentro de la finca real, permite a los huéspedes explorar parte del entorno en el que Isabel II pasó tantos momentos íntimos y familiares.

Un grupo de personas elegantemente vestidas posando en una sala decorada con paredes rojas y detalles dorados.
La casa y la finca son parte importante de la historia familiar del rey Carlos III | RTVE

Una decisión que refleja la visión empresarial del rey Carlos III

Desde que asumió el trono, el rey Carlos III ha demostrado que quiere modernizar el funcionamiento de la monarquía. Parte de esa modernización pasa por una gestión más eficiente y rentable del patrimonio real. Esta decisión de alquilar una residencia simbólica, lejos de ser meramente anecdótica, refleja su voluntad de que las propiedades generen beneficios económicos.

El marido de la reina Camila cuenta con libertad total para administrarlas como considere oportuno. Y ha decidido que una de esas formas es abrirlas al turismo rural de élite.

Primer plano de Carlos III con un derrame en el ojo mirando hacia la cámara con expresión seria y fondo desenfocado.
Carlos III ha dejado claro que, además de rey, es un hombre de negocios | Europa Press

El gesto ha sido recibido con cierta sorpresa dentro del núcleo de la familia Windsor, especialmente por el carácter simbólico de la casa elegida. Para Isabel II, Gardens House era más que una simple vivienda: era un refugio personal, un rincón de paz. Algunos allegados consideran que convertirla en una propiedad vacacional contradice el espíritu que ella le dio en vida.

Sea como sea, la decisión está tomada. El monarca ha demostrado que no teme romper con ciertas tradiciones si considera que es lo más conveniente para el presente de la monarquía. Es una forma de liderazgo distinta, más enfocada en la rentabilidad y menos en el romanticismo de lo heredado.

Carlos III sabe que su reinado debe adaptarse a los tiempos y también sabe que mantener las propiedades reales cuesta dinero. Por eso, su estrategia parece clara. Sí, aprovechar el valor emocional y patrimonial del legado Windsor para atraer turismo de lujo y generar ingresos.