Joseba, el hijo de Karlos Arguiñano, ha desvelado algo muy especial que ha conmovido a quienes lo siguen en televisión y redes. Más allá de su trayectoria como chef, ha reconocido públicamente lo que de verdad le llena el alma.
No es el éxito profesional lo que le llena, sino las reuniones familiares. Para Joseba, compartir mesa con sus seres queridos es la verdadera receta de la felicidad. Estas palabras han resonado con fuerza en los medios, especialmente porque llegan de alguien que ha crecido en una familia volcada en la cocina.

Joseba Arguiñano revela cómo es trabajar con su padre, Karlos Arguiñano
Desde hace años, Joseba Arguiñano ha ido ganando notoriedad como rostro habitual de la pequeña pantalla. En programas como Cocina Abierta con Karlos Arguiñano, ha compartido fogones con su padre y también ha brillado con luz propia. Este joven chef no solo ha heredado el amor por la gastronomía, sino también la cercanía y el carácter que tanto caracteriza a su progenitor.
Pero Joseba ha demostrado que su vida no gira solo en torno a los platós o las redes sociales. Cada vez que concede una entrevista, desliza pinceladas sobre lo que realmente valora, y ahí, siempre, aparece la familia como eje central. Un sentimiento compartido por Karlos, quien en cada aparición mediática presume de su mujer Luisi, sus ocho hijos y sus nietos.
Joseba no solo ha seguido los pasos de Karlos en la cocina, sino también en su forma de conectar con el público. A través de su trabajo en televisión y sus recetas en redes, se ha ganado el cariño de miles de seguidores. Sin embargo, lejos de renegar de su apellido, lo abraza con orgullo.

En una entrevista a Vanitatis, lo dejó muy claro: "Yo he nacido con este apellido, no conozco otra cosa y, si pesa, es para bien. Me ha abierto muchas puertas, he podido ir a los mejores sitios a estudiar y a aprender, tener los mejores maestros, disfrutar de un montón de restaurantes increíbles… Todo cosas buenas".
Joseba ha sabido capitalizar su herencia sin depender de ella, aunque reconoce que es facial trabajar con Karlos Arguiñano. "El 'aita', más que un jefe, es un animador, así que es difícil discutir con él. Es exigente con los platos, pero no le interesa tanto ser duro como que cocinemos a nuestra manera y hagamos bien las cosas", comentó.
Joseba Arguiñano reconoce que las comidas familiares le llenan de felicidad
Pero si hay algo que verdaderamente emociona a Joseba, son los encuentros familiares. Más allá del trabajo, la televisión y el reconocimiento, lo que le provoca auténtica felicidad son las comidas en el caserío con toda la familia.
"Los almuerzos de los domingos en el caserío familiar, donde solemos reunirnos casi todos. Al 'aita' le gusta hacer la compra, pasa por el vivero, coge algo de marisquito. Me pide a mí que lleve el pan o alguna tarta y después uno se encarga de la vinagreta, otro del horno… Esas comidas son un gustazo", explicó.
Esta descripción no solo revela una tradición, sino un ritual cargado de significado. La cocina, para los Arguiñano, va más allá de un oficio: es una forma de amar. Y en esa mesa compartida se cruzan generaciones, sabores, anécdotas y risas.

De hecho, en otra charla, esta vez con Cadena SER, Joseba volvió a profundizar en sus raíces: "Nosotros, más que una familia, somos una manada. Hemos sido muchos en casa y yo soy el quinto hijo y la tía Eva tiene hijos más de mi quinta. Me he criado mucho con ella, he dormido mil veces en su casa", detalló.
Esta revelación de Joseba recuerda mucho a la actitud de Karlos Arguiñano, que siempre ha dejado claro que su familia es lo primero. A lo largo de los años ha mantenido una imagen pública coherente con sus valores personales, centrados en el respeto, la humildad y el cariño por los suyos. Ahora, Joseba Arguiñano, ha recogido el testigo de todo eso.