El palacio de Amalienborg ha vivido semanas agitadas tras la mayoría de edad de la princesa Isabella. Lo que comenzó como una celebración deslumbrante se ha convertido en una llamada de atención para los reyes Federico y Mary de Dinamarca.
De esta manera, los monarcas se han visto forzados a actuar ante el nuevo rol que asume su hija. A sus 18 años, la segunda en la línea de sucesión se encuentra en el centro de una transformación institucional que marcará su futuro y el de la monarquía danesa.

La firme decisión de Federico y Mary de Dinamarca
Con el foco aún centrado en los ecos del cumpleaños real, los soberanos han tenido que tomar decisiones urgentes. Según el medio Bunte, apoyado en fuentes como el exguardaespaldas real Jesper Lundorf, se ha producido un "punto de inflexión" en la vida de Isabella.
"Ahora la hija de los reyes Federico y Mary de Dinamarca está recibiendo más atención. Esta circunstancia también hace necesario reforzar las medidas de seguridad. Como parte de la familia real y máxima representante de la democracia, su seguridad es ahora aún más importante".
Isabella de Dinamarca está en el punto de mira
Este nuevo escenario supone un reajuste tanto en lo institucional como en lo personal. La princesa, hasta ahora en un segundo plano respecto a su hermano mayor, el príncipe Christian, comenzará a representar a la corona en actos públicos con mayor visibilidad.
Según Lundorf, Isabella gozará de más libertad que su hermano en algunos aspectos, especialmente en su día a día. Sin embargo, todo dependerá de una evaluación de riesgo constante.
Y este control se extenderá también a su esfera más privada. "Si acude a una fiesta, habrá alguien allí con ella, alguien en un segundo plano. Lo más probable es que le asignen un coordinador de seguridad para apoyar a la princesa en su vida diaria", ha añadido Lundorf.

Las decisiones tomadas por Federico y Mary de Dinamarca no han estado exentas de polémica. Críticas desde medios daneses acusan a la familia real de incoherencia, al pedir privacidad para sus hijos mientras protagonizan fastuosas celebraciones.
Sea como sea, la mayoría de edad de Isabella de Dinamarca ha marcado un antes y un después en la Casa Real danesa. Ha supuesto no solo el inicio de una nueva etapa para la joven princesa, sino también un reajuste en la forma en que la institución afronta el futuro de sus miembros.