Todo apuntaba a una mudanza ideal para los príncipes de Gales. Guillermo y Kate Middleton se preparan para instalarse definitivamente en Forest Lodge, una residencia rodeada de naturaleza y adaptada a sus preferencias personales.
Sin embargo, lo que parecía una transición tranquila se ha convertido en motivo de inquietud para los vecinos de la zona. El entorno que hasta ahora disfrutaban con calma podría cambiar por completo, y no todos están entusiasmados con la llegada de la pareja real.

Jarro de agua fría para Kate Middleton y su familia
Aunque la nueva casa está situada a solo seis kilómetros de Adelaide Cottage, su actual vivienda, Forest Lodge presenta una diferencia que no pasa desapercibida. Y es que, según los vecinos, el nivel de privacidad es considerablemente menor. Un hecho que ha encendido las alarmas.
Uno de los temores principales es que la zona se transforme en un punto de atracción para turistas, curiosos y fotógrafos. La presencia constante de medios ya se ha dejado notar, con reporteros visitando el vecindario y preguntando por la vida en el lugar.
Los residentes, sin embargo, no temen tanto lo que ya han vivido, sino lo que está por venir. Como señala Daily Mail, la instalación de nuevas medidas de seguridad, como vallas metálicas y setos, ha hecho evidente que algo importante se está preparando.

Malas noticias para Kate Middleton y el príncipe Guillermo
El miedo a perder esa cotidianidad se expresa claramente en las voces de algunos vecinos. Jean Reeve, de 87 años, comentaba al citado medio: "Les doy la bienvenida. Pero espero que los turistas les permitan vivir allí tranquilamente como familia".
Y añadía con franqueza: "Es un lugar menos privado que su antigua casa. Así que no me gustaría que la gente pasara siempre y dijera: ‘Ah, ahí es donde viven’". Forest Lodge está rodeado de pequeñas propiedades, y algunos inquilinos de viviendas cercanas ya han sido desalojados.

Según una fuente citada por Daily Mail, esto tomó a varios por sorpresa. "No querrán que ningún Tom, Dick o Harry viva en ellas si va a haber miembros de la realeza", dijo con cierto sarcasmo.
Aunque el nuevo hogar de los príncipes promete ser definitivo, el personal se alojará en viviendas cercanas, no en la residencia principal. Mientras tanto, los vecinos observan con cautela lo que está por llegar. Porque, a veces, el cambio que ilusiona a unos puede preocupar a otros.