Dos mujeres posan juntas, una lleva un sombrero verde con flores y la otra viste un abrigo rojo.

Kate Middleton toma una decisión que conmociona a la familia de la reina Isabel II

Kate Middleton destaca en Windsor con un gesto simbólico que conecta pasado y presente en la Familia Real

El viaje de Estado de Donald Trump y Melania Trump a Reino Unido volvió a colocar a la Familia Real Británica en el foco internacional. Entre banquetes, recepciones y encuentros, los ojos también se posaron sobre los príncipes de Gales, cuya presencia fue una de las más comentadas. Sin embargo, fue Kate Middleton quien acaparó la atención por un gesto cargado de simbolismo.

La cena de gala celebrada en el Castillo de Windsor reunió a la élite política y a los miembros más destacados de la monarquía. Fue una velada marcada por el protocolo y la solemnidad, donde cada detalle estaba cuidadosamente calculado. En medio de la brillantez de tiaras y joyas, la decisión de la princesa de Gales no pasó desapercibida.

Donald Trump y el rey Carlos III elegantemente vestidos conversan sentados en una mesa decorada con flores y vajilla fina
El Castillo de Windsor acogió una cena de gala con más de 170 invitados | Europa Press

Una velada histórica en Windsor

El banquete del 17 de septiembre fue uno de los actos centrales del viaje de Estado de los Trump. El Castillo de Windsor se engalanó para acoger a más de 170 invitados. La puesta en escena recordaba a las grandes cenas de gala de décadas pasadas.

Kate Middleton eligió para la ocasión un vestido de crepé de seda con abrigo de encaje dorado de la diseñadora Phillipa Lepley. Una pieza que destacó por su elegancia y por el minucioso trabajo artesanal. El atuendo se completó con accesorios que reforzaban su imagen de princesa moderna y sobria.

Junto a este look, la princesa lució la tiara Lover’s Knot, una de sus favoritas y también icono de la difunta Diana. Además, recuperó unos salones dorados de Aquazzura y una limosnera de satén blanco. Todo el conjunto transmitía una mezcla de respeto a la tradición y un guiño personal.

El homenaje más evidente a Isabel II

La atención mediática se centró rápidamente en las joyas elegidas por Kate. En sus orejas brillaban unos pendientes que pertenecieron a la reina Isabel II. Su diseño ovalado en racimo de diamantes fue inmediatamente reconocido por los expertos en joyería real.

El gesto fue interpretado como un homenaje explícito a la abuela de su esposo, el príncipe Guillermo. Kate quiso recordar a la monarca en un acto de gran relevancia institucional. De esa forma, conectó simbólicamente la continuidad de la Corona con la memoria de Isabel II.

No era la primera vez que la princesa de Gales recurría a piezas de la reina. En otras ocasiones ya había usado broches, collares y pulseras heredados. Sin embargo, en esta cena el gesto adquirió una mayor trascendencia por coincidir con la visita de un mandatario estadounidense.

El detalle que casi pasó desapercibido

Más allá de las joyas, el vestido elegido por Kate guardaba una poderosa conexión con Isabel II. El diseño de Lepley, con encaje dorado y abrigo superpuesto, evocaba claramente el atuendo que la monarca llevó en 2003. Entonces, la reina recibió a George Bush y a Laura Bush en un banquete en Buckingham.

La similitud entre ambos estilismos fue subrayada por los especialistas en moda real. Kate recuperaba así una imagen icónica de su difunta suegra política. El paralelismo reforzaba la idea de continuidad entre generaciones.

Con esta elección, Kate Middleton rindió un segundo homenaje a Isabel II que pasó inadvertido para muchos. La princesa de Gales utilizó la moda como un lenguaje silencioso para conectar pasado y presente. Un gesto que, según fuentes cercanas, habría sorprendido incluso dentro de la propia Familia Real.