El rey Carlos III no va a vivir hoy una jornada tranquila, para él será todo lo contrario. Y es que va a tener lugar una situación que le preocupa, en tanto en cuanto puede poner en jaque a la Corona británica.
Sí, puede colocar a la institución de manera seria en el disparadero. Y, por consiguiente, también a toda su familia.

El rey Carlos III teme un nuevo escándalo que sacuda a la Corona británica
En los últimos días, el rey Carlos III ha cumplido con su agenda oficial sin mostrar señales visibles de preocupación. Ha presidido actos institucionales, ha mantenido reuniones diplomáticas y ha sido visto en actividades públicas con su habitual compostura.
Sin embargo, en el entorno del palacio se percibe un clima de tensión. La razón es que en esta jornada han visto la luz las memorias póstumas de Virginia Giuffre, víctima de Epstein. Memorias que llevan por título Nobody´s girl.
Esta situación es preocupante e inquietante para el soberano y todo el clan Windsor. Y es que es consciente de que en esa obra pueden desvelarse hechos que tengan que ver con el príncipe Andrés, pues la fallecida lo acusó de abuso. Un príncipe que curiosamente en las últimas horas ha dado el paso de renunciar a todos sus títulos.
La joven habría dejado escrito un relato aún más detallado sobre lo ocurrido. Y aunque el hermano del soberano ha negado esas acusaciones, la mera posibilidad de nuevas revelaciones ha hecho saltar todas las alarmas en Buckingham.
Fuentes cercanas aseguran que el rey Carlos III está profundamente inquieto. Sabe que cualquier nuevo capítulo relacionado con el caso Epstein podría dañar la imagen de la familia real. El monarca ha intentado en los últimos años recuperar la confianza pública en la institución, pero este golpe amenaza con desestabilizar dicho esfuerzo.
Preocupación en Buckingham y en el rey Carlos III ante el impacto de las memorias póstumas
El contexto no puede ser más delicado. En las últimas horas, el príncipe Andrés ha renunciado a los pocos títulos honoríficos que aún conservaba. Una decisión que muchos interpretan como una maniobra preventiva ante lo que podría revelarse en el libro de Giuffre.
Desde el entorno de Buckingham se asegura que el rey Carlos III ha mantenido conversaciones privadas con su hermano para pedirle prudencia. El monarca busca proteger a la institución por encima de todo, consciente de que cada paso en falso puede ser utilizado por la prensa internacional.
El propio palacio ha preferido guardar silencio, evitando cualquier declaración oficial sobre las memorias. Sin embargo, la preocupación es evidente. Se teme que las nuevas acusaciones puedan incluir nombres o episodios que reactiven un escándalo que parecía cerrado.
Para Carlos III, la situación representa un desafío mayúsculo. A sus 76 años, ha intentado consolidar su reinado y reforzar la imagen de una monarquía moderna y comprometida. Pero la herida que dejó el caso Epstein nunca se cerró del todo, y el nombre de Andrés continúa siendo un problema difícil de resolver.

El soberano sabe que la opinión pública británica es implacable cuando se trata de la transparencia de la Corona. Cualquier nuevo testimonio o revelación podría alimentar la desconfianza hacia la familia real. Especialmente, en un momento en que la monarquía busca legitimarse más que nunca.
El rey Carlos III considera que un nuevo escándalo público le afectaría directamente a él. Pero también a su hijo y heredero, el príncipe Guillermo, que intenta proyectar una imagen de estabilidad y modernidad.
La publicación de las memorias de Virginia Giuffre llega, por tanto, en el peor momento posible. La Corona británica afronta hoy un examen público que pondrá a prueba su resistencia ante la tormenta mediática.
Si las revelaciones resultan comprometedoras, el impacto podría sentirse durante meses. Por tanto, el futuro de la Corona británica volvería a estar bajo la lupa del mundo entero.

