La monarquía danesa vuelve a estar en el centro de la polémica. Los reyes Federico y Mary de Dinamarca, que ascendieron al trono hace apenas año y medio, han vuelto a protagonizar una decisión controvertida. Muchos consideran que su conducta es irresponsable y alejada del compromisoinstitucional que se espera de unos jefes de Estado.
Desde el pasado 6 de julio, los monarcas se encuentran fuera del país, en lo que sería otro de sus ya frecuentes viajes privados. Lo que más inquieta no es tanto la escapada en sí, sino el hermetismo con el que se ha desarrollado y el constante cambio en las fechas de su regreso.

Vacaciones sin transparencia
No es la primera vez que los reyes Federico y Mary optan por desaparecer del escenario público sin previo aviso. Desde su proclamación en enero de 2024, han realizado varias salidas privadas que han suscitado críticas por su falta de transparencia. Esta nueva ausencia se suma a esa lista, pero lo que la hace especialmente polémica es la indefinición de su duración.
Inicialmente, la vuelta de los monarcas estaba prevista para el 13 de julio, sin embargo, esa fecha no se cumplió. Dos días después, se anunció un nuevo regreso para el 15, pero tampoco se produjo. Finalmente, se ha informado que la pareja alargará su estancia en el extranjero cinco días más, aunque sin ofrecer ningún tipo de detalle.

La regencia recae en la emérita
Mientras tanto, la gestión del reino ha tenido que quedar en manos de la reina Margarita. La madre del actual monarca ha asumido de forma interina la regencia, ya que el príncipe heredero, Christian, también se encuentra fuera del país. Esta solución provisional ha causado desconcierto tanto en medios nacionales como internacionales.
Desde Alemania, el medio Bunte ha calificado la situación como un “caos institucional”. La ausencia simultánea del rey y del heredero ha puesto en entredicho la planificación y la responsabilidad de la familia real.
Este regreso inesperado de Margarita al frente de la Corona evidencia la desorganización dentro de la Casa Real. La ausencia de un liderazgo claro alimenta las dudas sobre la estabilidad y solidez del reinado de Federico y Mary.

Las consecuencias: crece el descontento ciudadano y se reabre el debate sobre el papel actual de la monarquía
La situación actual no es un hecho aislado, sino parte de una serie de comportamientos que están erosionando la imagen pública de los reyes daneses. El matrimonio ha demostrado, en varias ocasiones, su inclinación a tomar decisiones sin informar previamente ni considerar el impacto en la opinión pública. Esta falta de sensibilidad institucional ha sido duramente cuestionada.
Tampoco se ha aclarado si alguno de sus cuatro hijos los acompaña. En otras ocasiones, Isabel, Vicente y Josefina han participado en estos viajes, pero en esta ocasión no hay confirmación de su paradero. La discreción absoluta en torno a la familia real ha incrementado las sospechas y ha alimentado teorías sobre posibles conflictos internos.
La falta de comunicación ha generado un clima de incertidumbre entre los ciudadanos. La población danesa, tradicionalmente respetuosa con la institución, empieza a mostrar signos de hartazgo, por lo que muchos califican como una actitud evasiva y poco ejemplar por parte de sus reyes.
Una parte importante de la ciudadanía reclama mayor responsabilidad. Que los reyes elijan una y otra vez el camino del silencio, y lo hagan además en momentos institucionalmente delicados, genera desconfianza. El desgaste es visible y, de continuar esta línea de actuación, podría tener consecuencias más profundas para la monarquía danesa.