Michelle Obama y su hija, Sasha Obama, han vuelto a convertirse en el centro de todas las miradas. Y todo a raíz de una preciosa noticia que acaba de salir a la luz. Y es que, tal y como han confirmado, ambas han tenido la oportunidad de pasar sus primeros días de vacaciones juntas.
La mujer y la hija pequeña de Barack Obama han puesto rumbo de vuelta a su casa familiar, en Washington D. C. Y todo tras pasar unos días de desconexión en uno de sus lugares favoritos: Mallorca.

Un año más, Michelle Obama, que suele elegir España como destino para sus vacaciones estivales, ha vuelto a disfrutar de una tranquila escapada. Aunque eso sí, con algún que otro pequeño lujo.
Sin embargo, en esta ocasión, la exprimera dama de Estados Unidos ha viajado acompañada por sus hijas, Malia Ann y Sasha Obama. Pero el viaje ha tenido una sonada ausencia: su marido, Barack Obama. Algo que ya es habitual.
Michelle Obama y su hija, Sasha Obama, muy felices con su primer destino vacacional
Fiel a sus costumbres, Michelle Obama se alojó en la finca de Llubí. La cual es propiedad de su gran amigo James Costos, exembajador de Estados Unidos en España, y su marido, el interiorista Michael Smith.
Este refugio privado, rodeado de naturaleza y confort, se ha convertido en el rincón mallorquín favorito de la madre de Sasha Obama. Y es que, allí ha encontrado la privacidad que tanto valora durante sus vacaciones estivales.

Sin embargo, y a pesar de los lujos que les proporciona dicho hospedaje, el broche de oro a esta escapada lo puso un exclusivo paseo en el megayate Seven Seas. Una embarcación que pertenece al director de cine Steven Spielberg.
Michelle Obama, sus hijas, Spielberg y su esposa, Kate Capshaw, recorrieron juntos la costa mallorquina. A bordo de esta increíble joya flotante de 109 metros y valorada en más de 250 millones de dólares. Todos juntos disfrutaron de varios lujos como cine privado, piscina, helipuerto y siete suites.
Pero no todo iban a ser lujos y yates exclusivos durante las vacaciones de esta mediática familia. La exprimera dama también reservó algo de su tiempo para el deporte, una de sus grandes pasiones.

Tanto es así que aprovechó los paisajes naturales de la isla para ejercitarse al aire libre. Entre chapuzones y puestas de sol, Michelle Obama no dejó de mantenerse activa durante su estancia en nuestro país.
Por otro lado, la gastronomía local también ha sido una gran protagonista en su escapada. Michelle Obama disfrutó sin prisas de la buena mesa balear, siempre en buena compañía.
No hay duda de que, desde que la madre de Malia Ann y Sasha Obama descubrió Mallorca en 2010, se ha convertido en su refugio personal durante las vacaciones de verano.