Meghan Markle siempre acapara titulares, pero esta vez el motivo no es su familia ni su vida privada. Su último proyecto empresarial, muy esperado, ha tomado un rumbo inesperado que ha sorprendido a muchos.
Lo que parecía un lanzamiento seguro y lleno de éxito, se ha convertido en una decepción que está dando mucho que hablar. Especialmente en Inglaterra, donde Meghan sigue siendo una figura muy seguida. El resultado ha generado sorpresa y muchas preguntas sobre su futuro en los negocios.

Del batacazo con Netflix a la ilusión de un nuevo imperio
Después de cancelar su contrato con Netflix, Meghan apostó por un nuevo proyecto. Quiso crear una marca que reflejara su estilo de vida en California. Su primer producto fue un vino rosado llamado 'American Riviera Orchard'.
Solo se produjeron 1.500 botellas con un diseño elegante. La etiqueta buscaba transmitir lujo y exclusividad. Para darlo a conocer, Meghan envió botellas a celebridades e influencers.
Estas figuras compartieron fotos en redes sociales y generaron mucha expectación. Sin embargo, la estrategia no alcanzó el éxito esperado. El público reaccionó de manera diferente a lo previsto.

Inglaterra reacciona al último movimiento de Meghan
Lo que debía ser una victoria arrolladora terminó dejando botellas disponibles días después del estreno. En el Reino Unido, el revuelo fue inmediato: ¿cómo podía un producto con el nombre Meghan Markle no arrasar en ventas?
El exclusivo vino rosado, creado para conquistar a coleccionistas y amantes del lujo, no alcanzó las cifras esperadas. Este inesperado fracaso ha generado sorpresa y debate, mostrando una faceta vulnerable de la duquesa.
Los críticos apuntaron a un error de enfoque. El aura de exclusividad, la distribución restringida y la ausencia de un precio claro crearon la impresión de que el vino no estaba pensado para el público de a pie. A eso se sumó la competencia feroz de otras marcas de celebridades, mejor posicionadas y con propuestas más accesibles.
Especialistas en marketing coincidieron: la belleza del envase y el nombre llamativo no bastan. En un sector saturado, el consumidor quiere información, valor y una historia auténtica que respalde la compra.

Una marca en construcción y un futuro incierto
'American Riviera Orchard' nació con la ambición de convertirse en un sello de referencia para productos de lujo inspirados en la vida de Meghan y Harry en California. Sin embargo, el estreno vinícola dejó claro que el camino para lograrlo será más complicado de lo previsto.
No es el primer lanzamiento con alcance limitado: meses antes, unas mermeladas artesanales también circularon únicamente entre influencers. Parece que la estrategia busca que el producto se vea exclusivo, pero algunos piensan que aún no saben bien cómo posicionar la marca.
Hoy, las botellas del vino siguen disponibles online, un recordatorio de que el nombre de Meghan ya no garantiza un éxito automático. Entre titulares, críticas y defensores, la duquesa de Sussex enfrenta el reto de transformar su notoriedad mediática en una marca con verdadero peso comercial.
El fracaso del vino de Meghan Markle demuestra que la fama no siempre garantiza el éxito en los negocios. Para triunfar, es clave conectar con el público y ofrecer un producto que realmente guste. Ahora, la duquesa tendrá que ajustar su estrategia para seguir avanzando en su carrera empresarial.