Irene Urdangarin no ha empezado con buen pie el periodo estival. La menor de la infanta Cristina continúa sin encontrar su camino, para desesperación de su madre, que ya no sabe qué hacer con ella. Confió en que el año sabático que se tomó tras acabar Bachillerato le ayudaría a centrarse, pero, dos años después, continúa sin dar resultados positivos.
Tras ingresar en Oxford Brookes para estudiar un curso de Gestión de Eventos, parece que esta decisión no ha sido acertada. Al menos es lo que se desprende después de salir a la luz lo ocurrido en el centro con Irene Urdangarin.

Irene Urdangarin le da un nuevo disgusto a la infanta Cristina
La infanta Cristina se las veía muy felices cuando Irene Urdangarin aceptó entrar en Oxford Brookes para estudiar Gestión de Eventos. Si bien perdió su plaza en la prestigiosa École hôtelière de Lausanne donde deseaba formarse, se abría ante ella una nueva oportunidad. No obstante, Irene no ha sabido aprovechar la ocasión y ha vuelto a darle un disgusto a su madre.
Irene Urdangarin llegó a Oxford cargada de expectativas familiares, con un curso por delante destinado a aprovechar su talento innato. Sin embargo, al poco tiempo, su actitud demasiado relajada convirtió esta nueva aventura educativa en un “fracaso absoluto”. Este revés que deja al descubierto la realidad de Irene ha supuesto para la infanta Cristina un duro golpe.

Su asistencia irregular se convirtió en la tónica habitual, algo que preocupó de inmediato a los profesores universitarios. Recibió varias advertencias oficiales por sus ausencias constantes, bajo rendimiento y suspensos en materias clave, reflejando una falta de compromiso académica evidente desde el comienzo. El centro educativo no puede permitirse un perfil como el de Irene y puso sobre aviso a la infanta Cristina.
Durante los primeros meses, su vida social acaparó más atención que las clases, coincidiendo con fiestas frecuentes y una agenda estudiantil más activa que académica. No han sido pocos los medios que se han hecho eco de las “malas compañías” que suele frecuentar Irene. También de cómo los responsables académicos han lanzado una advertencia: de seguir así, perderá su plaza.
La infanta Cristina toma medidas ante la última hora de Irene Urdangarin
Tras recibir el ultimátum del centro, la infanta Cristina no tardó en poner rumbo a Londres para intentar reconducir la actitud de Irene. Incluso Juan Carlos ha echado mano de sus contactos para evitar que su nieta acabe provocando su salida de Oxford Brookes. Y es que no solo está en juego el futuro académico de la joven Urdangarin, también la imagen de toda la familia.
Pese a esa intervención familiar, la universidad mantuvo firme su postura de emitir múltiples alertas y no pasar por alto los resultados académicos débiles. En la familia, el drama se intensifica: Cristina teme por el futuro profesional de su hija, y percibe que el tiempo apremia.

Hasta tal punto ha llegado la desesperación de la infanta que, según afirman algunos medios, podría enviar a Irene a Estados Unidos. Este nuevo destino correspondería a la necesidad de alejar a la benjamina de la familia de esas “malas influencias” de las que hablan.
Algunos expertos señalan que no hay que perder de vista la situación de Irene Urdangarin. Atraviesa una encrucijada personal, sometida a la presión pública de ser una joven con apellido real que actualmente no cumple expectativas. Por no hablar del impacto que supuso para ella el caso Nóos a una edad muy temprana.
Todo ello parece haber desequilibrado la estabilidad de la hija de Cristina, quien todavía no ha encontrado su sitio. La infanta se niega a tirar la toalla y hará todo lo que esté en su mano para garantizarle a su hija un futuro profesional.