La princesa Leonor ha concluido recientemente su formación en la Escuela Naval Militar de Marín, en Pontevedra, cerrando así una etapa exigente en su preparación como futura jefa del Estado. Durante este último curso, la heredera al trono ha demostrado su compromiso y disciplina embarcándose en el emblemático buque escuela Juan Sebastián Elcano. Y más tarde, en la fragata de guerra Blas de Lezo, dos experiencias clave en su formación marítima.
El desempeño de Leonor ha sido ampliamente elogiado tanto dentro como fuera de la institución castrense. Con este bagaje, no han sido pocos los que especulaban con la posibilidad de ver a Leonor participando en la 43ª edición de la Copa del Rey MAPFRE en Mallorca.

A bordo del Aifos, el barco con el que el rey Felipe VI compite cada verano. Sin embargo, a medida que avanza la competición, la ausencia de Leonor no ha pasado desapercibida. ¿Por qué no se ha sumado al evento? ¿Es una simple decisión personal o hay algo más?
La Familia Real ha tomado una medida para proteger a la princesa Leonor
Para responder a esta pregunta, la revista SEMANA ha hablado con María José Gómez y Verdú, reconocida experta en Familia Real. Y ha ofrecido una explicación clara y basada en la tradición monárquica española.
“Históricamente, el protocolo establece que el monarca y su heredero no deben participar juntos en actividades públicas de alto perfil. Especialmente aquellas que implican cierto riesgo, como las regatas”, explica. Esta norma no escrita busca asegurar la continuidad de la Corona en caso de que ocurra algún incidente imprevisto.

Tal y como señala la experta, el rey Felipe jamás navegó junto a su padre, Juan Carlos I, en competiciones oficiales, precisamente por esta razón. Y aunque el deporte náutico es una tradición muy arraigada en la familia Borbón, las normas se imponen ante cualquier deseo personal o familiar.
Leonor no se puede saltar las normas de la Familia Real
Por tanto, por muy preparada que esté la princesa Leonor, su incorporación al Aifos parece, por el momento, descartada. Y de embarcarse junto a su padre, nunca podría hacerlo público debido a que se estaría saltando el protocolo establecido por la Familia Real.

Eso sí, la heredera al trono no está obligada a desaparecer por completo de la escena náutica mallorquina. Nada impide que Leonor acuda al Real Club Náutico como espectadora, demostrando su apoyo a su padre y su interés por este tipo de eventos.
Pero, al menos de forma oficial y como tripulante, lo más probable es que no la veamos subir al barco del rey. Porque, aunque tenga la formación, hay algo que pesa más: las normas son reales.