El mundo del corazón ha recibido una de las noticias más trágicas y sorprendentes de los últimos tiempos: Michu, expareja de José Fernando, ha fallecido repentinamente a los 33 años. La noticia, confirmada en las últimas horas, ha dejado conmocionados a sus allegados y al entorno del torero Ortega Cano. Y, sobre todo, ha encendido todas las alarmas en torno al futuro de Rocío, la pequeña que tuvo con el hijo del diestro.
La pequeña, de apenas 8 años, se queda ahora huérfana de madre, y su situación legal y familiar se complica. Sí, debido a las circunstancias personales de su padre, quien ha estado años ingresado por problemas de salud mental y está incapacitado. La gran pregunta que se hace todo el mundo es: ¿qué pasará ahora con ella?

El adiós a Michu y el futuro incierto de su hija
Michu ha sido hallada sin vida en su domicilio de Sanlúcar de Barrameda. Aunque aún no se ha confirmado oficialmente la causa del fallecimiento, todo apunta a que sus problemas coronarios, que arrastraba desde hacía años, podrían haber sido los responsables de su muerte. La joven había sido intervenida en varias ocasiones por esta afección.
La pérdida de Michu ha supuesto un duro golpe para sus seres queridos. Pero, sin duda, quien más lo está sufriendo es Rocío, la hija que tuvo con José Fernando en 2017, fruto de una relación intermitente y cargada de altibajos. Ella siempre había luchado por sacar adelante a su hija en medio de esa compleja historia personal.
Michu siempre había estado al cuidado de la pequeña. En los últimos años, se había mantenido alejada de los focos, centrada en su faceta como mamá y trabajando en el ámbito de la estética. Pese a sus diferencias con la familia Ortega Cano, había logrado mejorar la relación con sus miembros.

¿Quién se quedará con Rocío tras la muerte de Michu?
La gran incógnita ahora gira en torno a la custodia de Rocío. Por ley, el primer candidato sería su padre, José Fernando, pero su situación legal y médica podría complicar esta opción. El hijo de Ortega Cano ha estado internado durante años en un centro, y tiene una incapacidad reconocida por el trastorno de personalidad que sufre.
Debido a esta circunstancia, su capacidad para ejercer una custodia efectiva está siendo cuestionada. La justicia tendrá que evaluar si está en condiciones de criar a su hija o si, en su defecto, es necesario buscar otra alternativa.
Entre las opciones que se barajan, la más inmediata podría ser la familia materna. Es decir, los abuelos o tíos de Rocío por parte de Michu. Familiares con quienes la niña habría mantenido un vínculo más cercano y constante hasta ahora.
Otra posibilidad es que, en caso de que José Fernando no pueda ejercer la custodia, su familia paterna intervenga. En este sentido, tanto Gloria Camila como su padre, Ortega Cano, podrían asumir el papel de tutores o apoyarlo en la crianza.

No hay, por ahora, una resolución oficial sobre el destino de la pequeña. Lo más probable es que se establezca primero una custodia provisional y que posteriormente se abra un proceso judicial para decidir qué es lo mejor para la niña. En este tipo de casos, se prioriza siempre el interés del menor y su bienestar emocional, familiar y educativo.
Los expertos señalan que el juez valorará distintos factores. Desde el vínculo afectivo que tenga Rocío con cada parte de la familia, hasta la estabilidad económica, emocional y psicológica de quienes se postulen para cuidarla.
Por ahora, todo son conjeturas. Ni la familia Ortega Cano ni la familia de Michu han hecho declaraciones oficiales sobre qué pasos se seguirán.
Lo cierto es que Rocío, con solo ocho años, vive uno de los momentos más duros de su corta vida. Ha perdido a su madre de forma inesperada, y el panorama que se abre ante ella es incierto.