Tras una exitosa carrera que lo ha consolidado como uno de los más grandes de la historia del tenis, Rafa Nadal ha dado un paso atrás y se ha retirado. La noticia de su adiós dejó una huella en el mundo del deporte.
No obstante, lejos de la competencia, Nadal ha encontrado un nuevo horizonte lleno de tranquilidad y renovación en su vida personal y profesional. Ahora, busca paz y equilibrio, priorizando su familia y proyectos personales.

Rafa Nadal y Xisca Perelló no pueden ocultarlo más
El lugar elegido por Rafa Nadal para comenzar esta nueva etapa es una mansión en Playa Nueva Romana, en República Dominicana. Una propiedad que ha permanecido en el anonimato hasta ahora, pero que se perfila como el refugio ideal para el extenista.
Ubicada en el exclusivo complejo Bahía Príncipe, a solo 45 minutos de Santo Domingo, la villa fue adquirida por Rafa Nadal en 2012. Hoy en día, su valor ronda los dos millones de dólares, y aunque inicialmente pasó desapercibida, se ha convertido en su refugio personal.

La propiedad se encuentra dentro de un prestigioso enclave de lujo, que cuenta con un campo de golf, puerto deportivo, spa, gimnasio y marina privada, entre otros servicios de alto nivel. Sin duda, el entorno ideal para una figura como Nadal.
La villa, con una sofisticada arquitectura de dos plantas, cuenta con tres dormitorios, una moderna cocina y una sala de estar con chimenea. La joya de la residencia, sin embargo, es su piscina privada, rodeada de jardines perfectamente cuidados.

Rafa Nadal disfruta de su nueva vida junto a Xisca Perelló
Rafa Nadal ha declarado en múltiples ocasiones su deseo de pasar más tiempo con su familia, especialmente tras convertirse en padre junto a Xisca Perelló. Además de disfrutar de su vida personal, Nadal tiene planes de seguir desarrollando su academia de tenis y otros proyectos.
No cabe duda de que la villa en República Dominicana simboliza la paz y la privacidad que el tenista y su mujer tanto han buscado. Un espacio perfecto para disfrutar de la gloria de su legado y continuar con su espíritu emprendedor.
Aunque el tenis ya no tenga a Nadal en la pista, su vida sigue escribiéndose con la misma elegancia con la que levantó cada uno de sus trofeos. Su legado de resiliencia y dedicación continúa guiando su nueva etapa.