Aunque la reina Camila ha hecho todo lo posible por llevar con discreción el tema de su exmarido, Andrew Parker, no lo ha conseguido. Tanto es así que, en España, ya todos saben la buena relación que mantienen, a pesar de los hechos que desencadenaron su divorcio.
La reina consorte y su primer marido vivieron una intensa historia de amor que se transformó con el paso del tiempo. Primero fueron novios, luego se casaron y, a pesar de su divorcio, hoy mantienen una gran amistad.
Tanto es así que, según se menciona en La maldición de los Windsor, el vínculo entre ellos es tal que, incluso, Andrew duerme en el palacio de Buckingham algunas veces.
Además, el exmarido de la reina Camila también mantiene una muy buena relación con el rey Carlos, un detalle que refleja la cordialidad que actualmente reina entre ellos.
Sin duda, la historia que comparten la monarca y Andrew Parker Bowles parece sacada de una película, ya que está llena de pasión, obstáculos y giros de guion totalmente inesperados.
La reina Camila y su exmarido, Andrew Parker, mantienen una muy buena relación de amistad
La reina Camila y Andrew Parker se conocieron en una fiesta en 1965. Rápidamente, sintieron una conexión especial y comenzaron a salir, aunque la relación no tardó en complicarse. La diferencia de edad entre ambos y las presiones sociales provocaron un distanciamiento temporal.
Durante ese período de separación, Andrew aprovechó su soltería para intentar entablar una relación con la princesa Ana, hermana del rey Carlos III. Sin embargo, esta situación era aún más complicada, ya que su religión no coincidía con la de la Familia Real británica.
No obstante, y aunque esta incompatibilidad hizo imposible su amor, mantuvieron la amistad. Tanto es así que Andrew Parker es el padrino de Zara Tindall, la hija de la princesa Ana.
Cinco años después de romper su relación con Andrew, la reina Camila conoció al príncipe Carlos y no tardó en enamorarse perdidamente de él. De hecho, fuentes cercanas a la pareja aseguran que la química entre ambos fue evidente desde el principio.
El problema era que Carlos debía cumplir con sus obligaciones y debía incorporarse a la Royal Navy durante ocho meses. Este distanciamiento físico marcó un punto de inflexión en su relación con la reina Camila.
En 1973, ambos decidieron poner fin a su noviazgo. Aunque se querían, sabían que su relación no tenía futuro debido a las estrictas normas de la Familia Real. Además, Camila no cumplía con los requisitos esperados para convertirse en la esposa del futuro monarca británico.
De hecho, mientras que el príncipe de Gales se encontraba sirviendo en la Royal Navy, la reina Camila retomó su relación con Andrew Parker. Diversos testimonios aseguran que la reconciliación fue impulsada por la presión de sus respectivas familias.
Aunque lo cierto es que la relación avanzó rápidamente hasta que la pareja contrajo matrimonio el 4 de julio de 1973. Una boda que se celebró en la Guards Chapel de Wellington Barracks, a pocos pasos del Palacio de Buckingham.
Carlos III sufrió mucho al enterarse de la boda de la reina Camila y Andrew Parker, uno de sus grandes amigos. Tanto es así que estuvo varios días sin hablar con nadie, aunque nunca culpó a Andrew y continuaron siendo buenos amigos.
Finalmente, y el matrimonio se separó en 1995, un año después de la ruptura de Carlos III y Diana de Gales. Según los rumores, ambos tuvieron comportamientos desleales durante su relación sentimental.
Poco después, Andrew se casó con Rosemary Pitman, su amante de entonces. Pero no fue hasta el año 2005 cuando la reina Camila finalmente contrajo matrimonio con Carlos, evento al que acudieron tanto Andrew como Rosemary.