Carlos III en primer plano con el príncipe Guillermo en un círculo rojo con un signo de exclamación.

El rey Carlos III y el príncipe Guillermo, en vilo: muchos saben lo del divorcio

La separación de los príncipes de Gales sigue influyendo en la vida del rey Carlos III y del príncipe Guillermo

Recientemente, ha vuelto a salir a la luz un episodio que anticipó la ruptura definitiva entre el rey Carlos y Diana de Gales. En 1991, el príncipe Guillermo, con solo 8 años, sufrió un grave accidente en su internado que puso a prueba no solo la salud del pequeño, sino también la fortaleza del matrimonio real. Este incidente marcó un punto de inflexión, dejando al descubierto las tensiones ocultas y la falta de sintonía entre los príncipes de Gales.

Mientras Guillermo jugaba en el patio de su escuela, un golpe inesperado con un palo de golf le provocó una fractura en el cráneo que requirió una operación urgente. Diana se trasladó rápidamente al hospital para estar al lado de su hijo, pero Carlos tomó una decisión que sorprendió y escandalizó a muchos. En vez de permanecer junto a su familia, el príncipe abandonó el hospital para asistir a una función de ópera en Londres, priorizando sus compromisos oficiales por encima de su hijo.

El príncipe Guillermo con chaqueta oscura y camisa blanca sobre un fondo claro.
El príncipe Guillermo fue protagonista involuntario de una crisis familiar | Europa Press

Este gesto evidenció, para Diana y para el público, la distancia emocional que existía en la pareja. Mientras ella aguardaba angustiaba en el hospital, Carlos se mantenía alejado, comunicándose solo por teléfono con los médicos. La prensa británica no tardó en criticar duramente esta actitud, y titulares como “¿Qué clase de padre eres?”, se difundieron por todo el país, reflejando la desaprobación popular hacia el príncipe.

El accidente del príncipe Guillermo anticipó la crisis familiar

Para Diana, esta experiencia no hizo más que confirmar sus temores sobre la incapacidad de Carlos para asumir un papel paterno cariñoso y comprometido. La falta de apoyo por parte de su esposo en uno de los momentos más difíciles reforzó su sentimiento de soledad dentro del matrimonio. Según el biógrafo Andrew Morton, la relación entre ambos había entrado en una etapa irreparable, donde la falta de empatía y comprensión era la constante.

Después de dos noches, Guillermo fue dado de alta y pudo regresar a casa con su madre, quien se había convertido en su principal sostén. Sin embargo, la distancia y el desencuentro entre Carlos y Diana se habían profundizado hasta un punto casi irreversible. El príncipe Carlos, por su parte, culpó a Diana de exagerar la gravedad del accidente y negó haber comprendido el verdadero riesgo para su hijo.

Lady Di con un ramo de flores y Carlos III de traje están de pie en un evento formal.
Carlos III y Diana, la princesa de Gales, durante los primeros años de su unión | Europa Press

La cicatriz del príncipe Guillermo simboliza la fractura con su padre, el rey Carlos III

Este episodio se convirtió en un símbolo de la ruptura definitiva que se consumaría poco después. En 1992, el primer ministro John Major anunció públicamente la separación oficial de los príncipes de Gales.

Mientras tanto, Guillermo lleva consigo no solo la cicatriz física. También tiene la huella imborrable de un matrimonio roto que marcó para siempre la historia de la familia real británica.

Carlos III junto a Lady Diana
La separación de Carlos y Diana marcó el fin de un capítulo turbulento | RTVE

Aquel capítulo dejó una marca indeleble no solo en la familia real, sino también en la percepción pública sobre el compromiso y la humanidad detrás de la corona. La historia de Guillermo y su infancia complicada sigue resonando como un recordatorio de las dificultades personales que enfrentan quienes nacen bajo el escrutinio constante.

Actualmente, ese episodio sigue siendo un símbolo de la fragilidad de las relaciones reales. Y también de cómo las heridas privadas pueden trascender lo personal para afectar a toda una nación.