Carlos III ha vuelto a demostrar que su presencia no pasa desapercibida. Con 76 años, el monarca ha acaparado titulares por un detalle que no ha pasado desapercibido: el uso de un bastón que ha desatado una oleada de comentarios.
En las últimas apariciones públicas, Carlos III ha recurrido al uso de un bastón. Despertando la curiosidad y preocupación de muchos sobre su estado de salud y el significado detrás de este complemento.

Saltan las alarmas en Buckingham Palace
Durante su asistencia al Royal Windsor Horse Show, el rey Carlos III compartió momentos distendidos con su hermano, el príncipe Eduardo. Días después, acudió al famoso Chelsea Flower Show, donde coincidió con David Beckham y se le vio de nuevo conversando con entusiasmo.
En ambas ocasiones, el rey lució impecable con trajes muy elogiados por sus seguidores, que lo calificaron de "elegante". Sin embargo, fue su bastón lo que más llamó la atención.
En el evento ecuestre, el monarca se dejó ver con un bastón adornado con un peculiar mango en forma de espiral. Más tarde, en el certamen floral, sorprendió al portar un bastón tallado a partir de una rama de árbol.
Este gesto fue interpretado como un guiño a su pasión por la jardinería. A pesar del simbolismo, el uso de este accesorio ha despertado cierta inquietud sobre su estado de salud. Especialmente porque Isabel II comenzó a usar bastón cuando su movilidad empezó a verse reducida.
No obstante, fuentes cercanas han querido zanjar cualquier tipo de especulación. Tal como explicaron a HELLO!, "la elección de este accesorio por parte del rey es simplemente eso: un bastón tradicional de feria de campo, en lugar de una ayuda para caminar".

¿Pro qué Carlos III usa bastón?
Desde The Blue Badge Co., una organización especializada en movilidad, también han dado su punto de vista sobre este tipo de accesorios. "Puede aliviar la presión sobre las articulaciones doloridas y puede mejorar el equilibrio".
"Sin embargo, si se utiliza incorrectamente, un bastón podría aumentar el riesgo de sufrir una caída y provocar lesiones en otra zona del cuerpo". Así, todo apunta a que los bastones de Carlos III son más una declaración de estilo y tradición que una señal de alarma.
Su uso encaja a la perfección con su carácter y aficiones, y por ahora, no hay indicios que sugieran problemas mayores en su movilidad. Una vez más, el rey Carlos III demuestra que sabe cómo unir elegancia, historia y personalidad en cada aparición.