En las últimas semanas, ha crecido la preocupación en el entorno de la monarquía danesa. A pesar de la imagen de unidad que la Casa Real intenta proyectar, varios detalles han puesto en duda la estabilidad del matrimonio entre Federico X y la reina Mary. Aunque ella se ha esforzado por ocultarlo, muchos han notado actitudes que no han pasado desapercibidas ante la mirada pública.
El escándalo que sacudió a la realeza a finales de 2023 no ha sido olvidado del todo. Federico de Dinamarca ha sido relacionado sentimentalmente con Genoveva Casanova, algo que ha dejado cicatrices en su matrimonio. A pesar de los gestos de reconciliación, hay señales claras de que la herida no ha sanado por completo.

Desde entonces, Mary ha mostrado un comportamiento reservado y, en ocasiones, frío en los actos oficiales. Aunque ha posado con una sonrisa en eventos públicos, expertos en comunicación no verbal han advertido una tensión persistente. Ella ha evitado muchos gestos de cercanía espontánea hacia su esposo, lo cual ha levantado sospechas.
La reina Mary ya no puede ocultarlo: los gestos la delatan
La experta en lenguaje corporal Sascha Morgenstern ha ofrecido un análisis detallado de la situación actual de los reyes daneses. Según explicó a la revista Bunte, la relación ha mejorado, pero “no todo se ha olvidado”. La distancia emocional entre la pareja aún se percibe, incluso en momentos supuestamente íntimos.
Morgenstern ha observado que Mary crea pequeñas barreras físicas cuando está junto a Federico. Aunque ya no hay una separación tan evidente como en las fotos de hace unos meses, sigue existiendo un muro invisible entre ellos. Esto se ha podido notar en la forma en que ella posiciona su cuerpo respecto al rey.

Además, el enfoque constante en Federico en las fotografías oficiales también ha sido un elemento destacado por los analistas. En casi todas las imágenes, él aparece en primer plano, como figura central, mientras que Mary queda relegada a un segundo plano. Esto no solo refleja dinámicas tradicionales de la monarquía, sino también una sutil asimetría en su relación.
Desde el escándalo, la reina Mary no ha vuelto a mostrarse igual
Durante la reciente celebración del Día Nacional de Groenlandia, se publicaron nuevas fotografías de la pareja real. En estas imágenes, los reyes aparecen abrazados sobre una embarcación, frente a un paisaje nublado. A simple vista, parecen felices, pero la postura rígida de Mary ha sido interpretada como un signo de incomodidad.
La Casa Real ha compartido estas imágenes con la intención de mostrar unidad, pero muchos observadores han notado la falta de espontaneidad. Los gestos afectivos parecen estudiados, cuidadosamente preparados para la cámara. Esto ha reforzado la idea de que algo no va del todo bien entre los monarcas.

Los daneses han seguido con atención cada aparición pública de la pareja desde el inicio del año. Aunque el escándalo ha sido relegado en la agenda mediática, no ha desaparecido del todo en la memoria colectiva. Por eso, cada gesto, cada mirada y cada distancia es analizada al detalle.
La reina ha intentado mantener una imagen de normalidad, pero no ha conseguido ocultar por completo la tensión que persiste. Los signos de incomodidad siguen presentes, y solo el tiempo dirá si logran recomponer plenamente su relación. Mientras tanto, las alarmas han vuelto a sonar en Dinamarca.