Un silencio se ha hecho presente en la casa de la infanta Elena tras salir a la luz una verdad incómoda de Jaime de Marichalar. A pesar de llevar más de una década separados, todavía repercute en ellos los acontecimientos de sus respectivas vidas. No trascendió acuerdo alguno entre ellos, por lo que cada uno tuvo que buscarse la vida.
Sobre todo Marichalar, quien optó por lanzarse al mundo empresarial aunando su pasión por la moda. Ahora, ha trascendido la realidad que se oculta en su negocio y la delicada situación a la que debe enfrentarse el aristócrata.
La infanta Elena enmudece ante los negocios de Jaime de Marichalar
La infanta Elena y Jaime de Marichalar anunciaron formalmente el “cese temporal de la convivencia” en 2015. Desde entonces, sus vidas han tomado caminos por separado forjando su futuro de manera individual. A falta de acuerdo público como el trascendido entre Iñaki y Cristina, tanto Jaime como Elena se dedicaron a sus respectivas labores.
En este marco, acaba de salir a la luz pública la verdad sobre Marichalar: su negocio de moda atraviesa graves problemas. La compañía de moda vinculada a Jaime de Marichalar, Boabreimab SL, presenta un escenario lleno de incógnitas y señales que generan preocupación. La sociedad comercial no presenta balances desde 2020.
Esta falta de transparencia financiera impide conocer el estado real de una firma que, en el papel, sigue activa, pero en la práctica, genera dudas. El exmarido de la infanta Elena reactivó la empresa en 2022 tras dos años sin actividad visible. Sin embargo, no ha publicado datos que confirmen una mejora real.
La última memoria disponible data de 2020, y los números son preocupantes: la empresa sufrió una caída de ventas cercana al 73 %. En concreto, pasó de facturar más de un millón de euros a quedarse entre 300.000 y 600.000 €, una bajada muy fuerte y considerable.
Aunque Boabreimab SL mantenía un bajo nivel de deuda, el deterioro en rentabilidad fue suficiente para poner en entredicho su viabilidad empresarial. Estos malos datos coincidieron con la pandemia, por lo que se presuponía que, tras esta debacle, remontaría. No obstante, no hay datos que confirmen la mejora, lo que genera inquietud en el entorno de Marichalar.
Jaime de Marichalar trata de salir a flote lejos de la infanta Elena
El exmarido de la infanta Elena sigue vinculado al mundo de la moda y el lujo, sin embargo, su empresa va por otro camino. Marichalar figura como el único administrador y no parece atender a estrategias que ayuden a impulsar su negocio.
No tiene presencia en redes sociales, tiendas físicas ni campañas públicas. Su actividad parece más patrimonial que comercial, y eso despierta sospechas razonables en la infanta Elena. Sin balances recientes, no es posible saber si vendieron stock, abrieron nuevos canales o relanzaron producto, la información simplemente no existe.
Las empresas que no presentan cuentas durante tres años pueden enfrentarse a sanciones. Lo que complicaría sobremanera la situación personal de Marichalar. También podría entrar en situación de disolución si no justifica su actividad.
Resulta llamativo que una figura pública como el exduque de Lugo opte por mantener su firma en la sombra, mientras su entorno genera expectación. El vínculo con la infanta Elena, aunque ya disuelto sentimentalmente, no ha desaparecido del foco mediático. Por no hablar de sus hijos, Froilán y Victoria Federica, siempre de actualidad.
La inactividad documental de Boabreimab SL, no es habitual en empresas serias, y más aún con nombres reconocibles detrás. Aunque podría deberse a una estrategia, lo cierto es que las teorías apuntan a problemas más serios. Mientras no se publique nueva información contable, será imposible saber si la empresa ha cambiado de rumbo o si sigue perdiendo fuelle.