El pasado miércoles, la atención en Dinamarca se centró en el Palacio de Amalienborg. El rey Federico y la reina Mary sorprendieron al anunciar una medida que pocos imaginaban. La noticia, compartida tanto en la web oficial de la Casa Real como en sus redes sociales, ha generado expectación en todo el país.
Durante décadas, los daneses han observado con interés las ceremonias de Año Nuevo. Estos actos representan tradición, protocolo y cercanía a la monarquía. Ahora, sin embargo, surge la incógnita: ¿qué ha motivado a los reyes a cambiar algo que parecía intocable?

La Casa Real anuncia cambios históricos en las celebraciones de Año Nuevo
La Casa Real de Dinamarca ha mantenido, durante siglos, un calendario ceremonial que apenas varió desde la Ordenanza de Rangos de 1671. Este documento histórico determinaba quién podía estar presente en las recepciones y banquetes reales. Si bien funcionó en su momento, la sociedad danesa del siglo XXI exige más inclusión y representatividad.
Desde su proclamación como rey en enero de 2024, Federico ha defendido junto a Mary una monarquía moderna, sensible a los cambios sociales. Ambos han reiterado en distintas ocasiones que su papel es acompañar el pulso de la nación. Así, las celebraciones de Año Nuevo se convirtieron en el escenario perfecto para dar el paso que ahora se anuncia.
La gran noticia ya es oficial: a partir de 2026, las celebraciones de Año Nuevo en Dinamarca cambiarán profundamente. El Palacio de Amalienborg confirmó que el rey Federico y la reina Mary reformularán la Gran Cena de Año Nuevo. El histórico encuentro dejará atrás la Ordenanza de Rangos de 1671, considerada obsoleta porque muchos títulos recogidos ya no existen.

El evento pasará a llamarse Curso para la Dinamarca pública y grupos selectos con títulos nobiliarios y honoríficos. Según el comunicado, el objetivo es claro: ampliar la participación y dar cabida a más voces de la sociedad danesa actual. Por primera vez, se incluirán representantes de colegios universitarios, academias de negocios y escuelas de arte, además de las universidades.
Este cambio no es menor, ya que la ampliación de invitados rompe con un modelo exclusivo que había permanecido inalterado por siglos. De hecho, la lista pasará de unas 30 organizaciones nacionales a cerca de 100. La apuesta de Federico y Mary refleja el compromiso de abrir las puertas de la monarquía a una mayor diversidad.
Más cambios del rey Federico y la reina Mary para la Gran Cena de Año Nuevo
El anuncio también detalla un aspecto innovador: los nuevos invitados representarán a sectores tradicionalmente ausentes en estas ceremonias. Organizaciones que trabajan con jóvenes, colectivos dedicados al clima, asociaciones de voluntarios y entidades enfocadas en la discapacidad tendrán su lugar en la mesa real.
La idea, subraya la Casa Real, es dar voz a quienes simbolizan las transformaciones sociales del país. Para Mary, este gesto es un reflejo de la cercanía que desea imprimir a su papel como reina consorte. Y para Federico, supone consolidar una monarquía que no solo mira hacia atrás, sino que escucha y responde a la sociedad del presente.
Quizás la medida más llamativa es la inclusión, desde 2026, de los 98 alcaldes de Dinamarca y los cinco presidentes de consejos regionales. Hasta ahora, solo los alcaldes de Gentofte y Frederiksberg podían asistir a la Gran Cena de Año Nuevo.
Este nuevo grupo contará incluso con un evento especial en el Palacio de Christian VIII, en Amalienborg. Se celebrará inmediatamente después del Pequeño Curso de Año Nuevo, y marcará un hito en la representación local dentro de la vida real. Para muchos, este paso fortalece el vínculo directo entre la monarquía y la ciudadanía.
Aunque los cambios son significativos, la Casa Real quiso subrayar que algunas ceremonias seguirán intactas. El Pequeño Curso de Año Nuevo, reservado a la Corte Suprema y a la Guardia Real, no sufrirá modificaciones. Tampoco el encuentro con el cuerpo diplomático, ni la sección dedicada a los oficiales de las Fuerzas Armadas.
Los cambios impulsados por el rey Federico y la reina Mary abren una nueva etapa para la monarquía danesa. Como siempre, la pareja real recorrerá Copenhague en el carruaje dorado desde Amalienborg hasta Christiansborg. Ahora, la gran incógnita es cómo reaccionará la sociedad ante estas reformas y si se consolidarán como un símbolo de futuro.

