A pesar de que la reina Isabel II falleció en septiembre de 2022, su figura sigue siendo noticia. Recientemente, han salido a la luz tensiones inéditas entre la monarca y el príncipe Harry junto a Meghan Markle, relacionadas con la organización de su boda en Windsor en 2018. La reina, conocida por su respeto a las tradiciones, habría mostrado su descontento por varios aspectos del evento, especialmente la lista de invitados.
Durante años, la familia real británica ha mantenido muchos detalles en privado. Ahora, nuevas voces cercanas a la corona revelan las emociones y preocupaciones que sentía Isabel II ante ciertas decisiones de sus nietos. En esta ocasión, se ha conocido cómo la planificación de la boda generó un malestar que hasta ahora no se había hecho público.

Isabel II manifestó preocupación sobre la influencia de Meghan en Harry
El distanciamiento de Harry y Meghan con la familia real no fue solo público, sino también emocional y privado. La biógrafa real, Sally Bedell Smith, ha compartido una información relevante sobre Isabel II. Relata que la reina empezó a preocuparse mucho antes de la boda sobre la influencia que Meghan tenía sobre su nieto.
La reina Isabel II reconoció la importancia de mantener la unidad familiar, pero las tensiones y decisiones personales de su nieto provocaron una brecha que continúa hasta hoy. A pesar de los años, la figura de Isabel II y sus sentimientos respecto a la boda de Harry y Meghan siguen generando interés. Especialmente porque, a pesar del tiempo transcurrido, continúan surgiendo revelaciones sorprendentes al respecto.

The Sun publica un nuevo escándalo que involucra al príncipe Harry y a la reina Isabel II
Recientemente, The Sun reveló un nuevo escándalo que involucra a la reina Isabel II y a su nieto durante los preparativos de la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. La monarca se mostró molesta por cómo la pareja gestionó la organización del evento, especialmente en lo que respecta a la lista de invitados. Muchas celebridades fueron invitadas, mientras que familiares cercanos quedaron excluidos, lo que generó tensiones.
Según el medio, la reina Isabel II expresó su frustración con una frase contundente: "Pero es mi casa — y yo estoy pagando por esto". La situación se complicó aún más cuando Harry y Meghan decidieron contactar directamente al arzobispo de Canterbury para oficiar la boda. Este movimiento se percibió como un desafío a las tradiciones y causó disgusto entre los miembros de la familia real.

Además, según fuentes cercanas, Isabel II estaba más entusiasmada con la boda de la princesa Eugenia que con la de Harry y Meghan. De hecho, el anuncio del embarazo de Meghan ese mismo día fue considerado por la reina como inoportuno, incluso “rudo” según algunas fuentes.
Estos nuevos detalles sobre los desencuentros de la reina Isabel II durante la boda de Harry y Meghan aportan una perspectiva inédita sobre las complejidades dentro de la familia real. A pesar del paso del tiempo, las tensiones y diferencias persisten en la memoria pública. Sin duda, estas revelaciones seguirán generando debate y reflexión sobre la vida privada de la monarquía británica.