Durante casi dos décadas, Rafa Nadal ha sido sinónimo de constancia, fuerza mental y una rutina casi sagrada en cada partido. Los saltos antes del saque, las botellas alineadas milimétricamente o el meticuloso ritual al pisar la pista se convirtieron en parte de su sello personal.
Durante años, numerosos expertos interpretaron estas conductas como herramientas mentales para mantener el foco en la pista. Sin embargo, Toni Nadal, su tío y quien lo entrenó durante gran parte de su carrera, ofrece una perspectiva muy distinta y mucho menos idealizada.

Toni Nadal sorprende y lo aclara todo sobre Rafa Nadal
En una entrevista para Nude Project, Toni Nadal dejó claro que gran parte de esas costumbres no eran más que hábitos adquiridos. "Estas son cosas que los psicólogos le han dado una interpretación que él mismo se ha creído", confesó.
Y relató cómo, cuando su sobrino le aseguró que esas rutinas le ayudaban a mantener la atención, él le respondió sin rodeos. "A ver, ¿es que cuando no las hacías no te concentrabas? Claro que te concentrabas igual. Pero si tú te creas una necesidad, al final necesitas hacerlo".
Toni Nadal no sentía un gran aprecio por los rituales de su sobrino. De hecho, los veía más como costumbres innecesarias que como herramientas útiles. Así lo dejó ver al compartir una escena cotidiana que mostraba hasta qué punto Rafa Nadal podía ser maniático.

"Era un tipo muy maniático. Un día estábamos viendo una película y mi sobrino se sorprendió de las manías del protagonista y yo le dije ‘Rafael, tú eres igual’, pero él no se veía reflejado. ‘¿Yo? No tengo ninguna’, me dijo".
Toni llegó a proponerle que dejara de repetir esos gestos, pero había un pequeño inconveniente: el siguiente torneo era Wimbledon. "Vale, deja de hacerlo porque es ridículo. Pero el siguiente torneo era Wimbledon y le dije que mejor lo dejase para después, por si acaso", recordó.
El tío de Rafa Nadal lo tuvo claro desde el principio
Más allá de supersticiones o rutinas, Toni Nadal quiso ir al fondo del asunto. Su visión del alto rendimiento es clara: el éxito no depende del deseo, sino del compromiso. "Si quieres, no necesariamente puedes", afirmó, recalcando que el verdadero progreso nace del esfuerzo diario.

"La voluntad tiene que ir unida a la constancia", dijo. Desde muy joven, Toni supo que Rafa era especial: "con siete años le dije a su padre que su hijo sería campeón de España", reveló. Su talento era evidente, pero lo que marcó la diferencia fue la actitud.
El carácter competitivo de Rafa Nadal, según su tío, no se construyó con psicología teórica, sino con exigencia diaria y voluntad de hierro. "El tema mental no se prepara tan específicamente; en la vida te preparas yendo al límite y eso es lo que verdaderamente te prepara mentalmente".