Mónaco vuelve a ser escenario de comentarios y especulaciones, esta vez por un asunto que, aunque discreto, ha logrado captar la atención de todos. La relación entre Carolina de Mónaco y Pauline Ducruet, hija de Estafanía de Mónaco. Ambas comparten un linaje de gran peso, el apellido Grimaldi, símbolo de historia, glamour y tradición, así como una pasión evidente por la moda.
Sin embargo, lo que podría ser una conexión natural entre tía y sobrina parece estar teñido de frialdad y distancia. Pauline Ducruet, de 31 años, es hija de Estefanía de Mónaco y del exguardaespaldas Daniel Ducruet.

Aunque ha forjado su propio en el mundo de la moda, su lugar en el núcleo familiar monegasco siempre ha estado marcado por un perfil mucho más discreto. La relación con su tía Carolina, considerada uno de los rostros más elegantes de la realeza, no parece haber sido cercana en los últimos años.
Carolina de Mónaco no tiene una relación muy cercana con la hija de su hermana
El pasado 19 de julio, con motivo del vigésimo aniversario de reinado del príncipe Alberto II, la familia Grimaldi se reunió casi al completo en un evento cargado de simbolismo. Todas las miradas se posaron sobre Charlene, esposa del soberano, y sobre las hermanas del príncipe, Carolina y Estefanía.

Pauline, aunque presente, optó por mantenerse en un segundo plano. Lo que llamó la atención de muchos fue que, durante toda la jornada, apenas se vio a tía y sobrina intercambiar palabras de complicidad.
Carolina de Mónaco podría tener esta relación distante con Pauline por culpa de su hermana
Este comportamiento no pasó desapercibido para la prensa especializada, que apunta a un posible distanciamiento. Algunos sugieren que la raíz de esta frialdad podría no estar en la relación entre Carolina y Pauline, sino en la larga historia de desencuentros entre las hermanas Carolina y Estefanía. Diferencias de carácter, estilos de vida opuestos y viejas tensiones han marcado su vínculo desde hace décadas.

Así, la aparente distancia entre las dos sería, en realidad, un reflejo de la brecha que existe entre sus madres. Y aunque ninguna de las protagonistas ha hecho declaraciones al respecto, la imagen de dos mujeres unidas por la sangre pero separadas por el silencio ha dejado a Mónaco intrigado.
Esta última hora sobre Carolina de Mónaco y Pauline Ducruet ha sorprendido a propios y extraños, consolidándose como uno de los temas más comentados en el pequeño principado. En un entorno donde las apariencias lo son todo, el gesto de indiferencia entre ambas ha hablado más que mil palabras.