Starship, el enorme cohete diseñado por SpaceX para llevar humanos a la Luna y Marte, vuelve a estar en el centro de la atención. Tras menos de tres meses desde su último vuelo fallido, la nave se alista para una nueva prueba decisiva. Este megacohete, compuesto por dos partes, es vital para el ambicioso programa espacial de Estados Unidos.
Preparativos para un nuevo lanzamiento en Boca Chica
El lanzamiento número nueve de Starship se espera para la tarde del martes 27 de mayo, hora local de Texas. Esto equivale a la madrugada del miércoles en España. El evento tendrá lugar en Boca Chica, una localidad que Elon Musk ha convertido en la base de sus operaciones espaciales.

Por primera vez, SpaceX intentará reutilizar la etapa Super Heavy, que ya voló en una prueba anterior: en lanzamientos pasados, esta parte siempre terminó descartada tras el aterrizaje. Para garantizar la seguridad, se ha ampliado la zona de exclusión aérea y marítima. Se estima que la misión durará poco más de una hora, siguiendo una trayectoria similar a la prueba anterior, que terminó en explosión.
Durante el vuelo, se realizará un simulacro para desplegar satélites Starlink y, además, se reactivará uno de los motores Raptor mientras la nave espacial esté en pleno vuelo. A diferencia de intentos anteriores, esta vez no se intentará que Super Heavy sea atrapada por la base “Mechazilla”. En su lugar, hará un aterrizaje controlado en el Golfo de México y luego será desechada.
Lecciones aprendidas y mejoras aplicadas
Las pruebas siete y ocho terminaron en explosiones visibles desde lugares como Florida y las Bahamas. En el séptimo vuelo, una fuga provocó un incendio en la etapa superior, lo que causó la pérdida del cohete. En el octavo, un motor Raptor central falló, lo que llevó a que la nave perdiera el control y se autodestruyera.
La etapa Super Heavy también ha enfrentado problemas: durante los aterrizajes, algunos motores fallaron o se apagaron. SpaceX explica que esto fue por sobrecalentamiento. Por ello, añadieron aislamiento térmico extra en las zonas afectadas para proteger los motores.
SpaceX ha realizado más de 100 pruebas del motor Raptor en su base de McGregor, Texas. La empresa trabaja en conjunto con la FAA, NASA y la Fuerza Espacial de Estados Unidos. La FAA ha dado luz verde para que Starship vuelva a volar.

Rumbo a misiones lunares y marcianas
Starship es el cohete más alto construido, con 122 metros y tiene el doble de potencia que el Space Launch System de la NASA, que ahora mismo tiene el récord. SpaceX planea ampliar aún más su tamaño en el futuro. Este cohete será clave en la misión Artemis 3, que busca llevar astronautas estadounidenses a la Luna.
Este lanzamiento se ha retrasado hasta septiembre de 2026, en parte porque el cohete aún necesita ajustes. Además, Elon Musk quiere usar Starship para vuelos privados: planea llevar turistas espaciales a orbitar la Luna. A largo plazo, la idea es transportar a la primera tripulación que pise Marte.
SpaceX confía en que las pruebas ayudarán a que el sistema sea cada vez más confiable. Su meta final es la reutilización rápida y completa del cohete. “Los aprendizajes de esta y futuras pruebas harán que Starship sea más confiable,” afirma la empresa.