Vodafone ha dado un golpe sobre la mesa que no ha pasado desapercibido entre los grandes operadores. Su nueva estrategia con la tarifa de fibra para segunda residencia ha encendido las alarmas en Movistar y Orange. Y es que llega justo en plena temporada de verano, cuando muchos buscan mantener una buena conexión a Internet en su casa del pueblo o en la playa.
La operadora británica ha decidido lanzar una fuerte promoción con una bajada de precio que deja su oferta por debajo del resto. Hasta hace poco, ofrecía esta conexión por 20 euros al mes. Sin embargo, ahora ha decidido rebajarla en 5 euros, dejándola en 15 euros mensuales.
Vodafone ofrece dos alternativas
Pero la sorpresa no queda solo en el precio. Vodafone ha incluido además dos formas de conexión diferentes, para que el cliente elija la que mejor se adapte a sus necesidades. Por un lado, está la opción de fibra óptica de 600 Mb, que puede ampliarse a 1 Gb por solo 5 euros más.
La otra alternativa es un router 5G portátil con Wi-Fi 6, que solo necesita un enchufe para funcionar, sin instalación ni cables. Esta flexibilidad pone contra las cuerdas a sus principales a Movistar y Orange.
La apuesta de Vodafone no es solo agresiva en coste. Hace apenas un mes, duplicó sin coste extra la velocidad de su fibra en segunda residencia, pasando de 300 Mb a 600 Mb. Ahora completa el movimiento bajando el precio y ofreciendo dos opciones de uso.
Ambas alternativas incluyen una línea fija con llamadas nacionales ilimitadas tanto a fijos como a móviles, lo que añade aún más valor al servicio.
Las facilidades del operador
Para quienes tienen una casa de verano o una vivienda en el pueblo, Vodafone se presenta como la opción más competitiva del momento. La fibra de 600 Mb requiere instalación si antes no había cobertura de Vodafone en esa dirección. En cambio, el router 5G portátil funciona insertando una tarjeta SIM y conectándolo a la corriente, lo que permite moverlo de una casa a otra con total libertad.
Actualmente, el mercado de la fibra en segunda residencia está muy competido, con precios que oscilan entre los 15 y los 20 euros mensuales. La mayoría de operadores exige una permanencia de 12 meses, salvo Movistar, que destaca por ofrecer más flexibilidad. En este contexto, la maniobra de Vodafone no solo presiona a sus rivales, sino que también obliga a muchos usuarios a replantearse si están pagando lo adecuado.
Con esta jugada, el operador británico lanza un mensaje directo a Movistar y Orange. Y es que no está dispuesta a perder terreno en un nicho cada vez más importante. La guerra por conquistar la segunda residencia está más viva que nunca.