Un niño pequeño toca un plato lleno de verduras y queso mientras un hombre mayor sonríe al frente.

Carlos González, pediatra, lanza un serio aviso a los padres: 'Si tu hijo no es capaz'

El pediatra advierte sobre una práctica habitual de los padres que puede tener consecuencias negativas

Uno de los grandes retos que enfrentan muchos padres hoy en día es cómo lograr que sus hijos mantengan una buena relación con la comida. En casa, los adultos suelen decidir qué se come, pero cuando los niños comienzan a socializar fuera del hogar, la situación se complica. Esto provoca que muchos progenitores se sientan frustrados al ver que sus hijos prefieren alimentos poco saludables.

Ante esta realidad, el pediatra Carlos González, pediatra de reconocido prestigio, ha abordado esta problemática desde una perspectiva muy clara y directa. En su podcast Criando sin miedo, ha explicado que forzar a los niños a comer ciertos alimentos saludables puede resultar contraproducente. Según González, la insistencia constante puede hacer que los pequeños terminen odiando justamente aquello que se intenta que consuman.

Niña con expresión aburrida sentada en la mesa de la cocina frente a un plato de comida mientras una persona le acaricia la cabeza
Insistir en que el niño coma solo provoca tensión y frustración | Pexels

La educación alimentaria empieza en casa

Según el experto, mientras los niños no tengan autonomía para hacer la compra o decidir qué comen, los adultos deben tomar las riendas en casa. Por eso, recomienda que los padres no solo compren alimentos saludables, sino que ellos mismos los consuman como ejemplo. De esta forma, los niños aprenden a través de la observación y no sienten la necesidad de rebelarse contra lo que se les impone.

Sobre los productos ultraprocesados, indica que la solución más sencilla es no tenerlos al alcance en el hogar. No obstante, también admite que muchos padres creen que un consumo ocasional no hace daño, por lo que la decisión queda en manos de cada familia. En cualquier caso, recuerda que en la adolescencia habrá problemas mayores, como evitar el tabaco, el alcohol o las drogas, que deberían preocupar más que estas pequeñas indulgencias.

Mujer comiendo de un bol lleno de fruta
Si quieres que coman bien, primero debes mostrarles con tu ejemplo | Getty Images

No conviertas la mesa en un campo de batalla

Por último, se ha insistido en la importancia de no presionar a los niños con la comida. Si se les deja tranquilos, es probable que en la adolescencia o juventud retomen el interés por una dieta variada e incluso se animen a probar nuevos alimentos. En cambio, si insistimos, pueden acabar odiando esos alimentos por asociarlos con tensión familiar.

Con estas reflexiones, Carlos González invita a los padres a replantear la forma en que manejan la alimentación en casa. En lugar de crear conflictos, sugiere fomentar un ambiente de calma y ejemplo positivo. Así, se promueven hábitos saludables sin que los niños sientan que la comida es una fuente de estrés o malestar.

Dos niños cocinando con varias frutas y verduras como plátano y brócoli en la cocina
Un ambiente tranquilo favorece una relación sana con la comida desde pequeños | PixaBay

Muchos padres, con la mejor intención, creen que insistir es la única forma de educar en buenos hábitos. Sin embargo, el pediatra recuerda que la alimentación también debe ser un espacio de disfrute. Respetar el ritmo de cada niño puede marcar la diferencia en su relación con la comida a largo plazo.