Cada vez son más los españoles que se preguntan a qué edad podrán jubilarse realmente. Un experto en economía ha lanzado una advertencia clara sobre lo que les espera a las generaciones más jóvenes. La realidad que nos aguarda en materia de pensiones es muy distinta a la que vivieron generaciones anteriores.
Mientras muchos aún imaginan retirarse a los 65 años, como hicieron sus padres, los datos pintan un escenario muy diferente y más complejo. Según explica el economista Daniel Lacalle, los nacidos a partir del año 2000 se enfrentan a un sistema profundamente transformado. “Va a ser mucho más tarde y va a recibir una pensión mucho más baja”, ha resumido el experto en economía.

¿Por qué cada vez es más difícil garantizar una pensión digna?
Lacalle, autor del libro El nuevo orden económico mundial, ha detallado el motivo de su preocupación. En su análisis, el verdadero desafío no es la certeza de recibir una pensión, sino la disminución constante de su poder adquisitivo real. Además, ha señalado que estas personas deberán afrontar una mayor carga fiscal durante más años para sostener el sistema.
La advertencia no es gratuita ni responde a un alarmismo injustificado. El aumento de la esperanza de vida, la baja natalidad y el retraso en la entrada al mercado laboral han tensionado considerablemente el modelo de pensiones. A esto se suma que cada vez hay más pensionistas y menos cotizantes por trabajador activo.
¿Cómo cambiará la jubilación para las nuevas generaciones?
El economista ha explicado que quienes ahora tienen entre 20 y 30 años pagarán más impuestos durante un período prolongado para sostener las pensiones actuales. A cambio, recibirán una prestación más baja en términos reales y se jubilarán más tarde que cualquier generación anterior. Este desequilibrio pone en evidencia la urgencia de aplicar medidas profundas y consensuadas que garanticen la viabilidad futura.
La advertencia de Lacalle ha calado especialmente entre quienes se preparan para un futuro incierto. La idea de una jubilación asegurada y cómoda se ha desvanecido frente a un nuevo escenario con más años trabajados, menos pensión y mayor responsabilidad individual. Este mensaje difícil de aceptar es una realidad que exige replantear la planificación económica futura.

Por eso, muchos expertos coinciden en que se deben tomar decisiones ahora, sin demora, antes de que el problema se vuelva irreversible. El debate sobre el futuro de las pensiones no puede aplazarse más y debe centrarse en medidas realistas y efectivas. Quienes hoy tienen menos de 40 años merecen respuestas concretas y soluciones viables, no promesas vacías.