Cataluña se prepara para un episodio de inestabilidad atmosférica especialmente intenso que llegará este miércoles y que podría dejar lluvias torrenciales en varias comarcas. Según las previsiones, llega una masa de aire muy frío en altura con valores que oscilarán entre los -13 y -17 grados. Este aire frío, en plena canícula y sobre un mar muy cálido, generará las condiciones perfectas para el desarrollo de tormentas severas.
Las primeras lluvias, de carácter débil, podrían aparecer a lo largo de la mañana. Sin embargo, será a partir del mediodía y durante la tarde cuando se espera un primer golpe convectivo muy fuerte. Este frente recorrerá de oeste a este todo el Pirineo y el Prepirineo.

Las comarcas más afectadas por las tormentas
Las comarcas más afectadas serán el Ripollès, Berguedà, la alta Garrotxa, la Cerdanya y el norte de Osona. Será allí donde no se descartan acumulados de más de 100 litros por metro cuadrado en pocas horas. La intensidad de las precipitaciones será especialmente notable en la franja horaria comprendida entre las 15:00 y las 20:00 horas.
Durante ese intervalo, las tormentas descargarán con fuerza también sobre las comarcas del noreste de Cataluña y podrían llegar hasta la costa. Afectando a la Costa Brava, el litoral norte y la costa central. Se advierte del riesgo de chaparrones intensos que podrían provocar crecidas súbitas en rieras y complicaciones.
A medida que avance la jornada y llegue el atardecer, las previsiones apuntan a que el núcleo de la inestabilidad se desplazará hacia el sur. Las comarcas tarraconenses y, especialmente, su litoral y prelitoral recibirán las tormentas más fuertes durante la noche y la madrugada del jueves. Detrás de este episodio de tiempo severo hay factores que se combinan para disparar la inestabilidad.

El cóctel perfecto para las tormentas
Estos son el aire frío en altura, valores elevados de la energía potencial para las tormentas, corrientes ascendentes potentes y un marcado viento. Todo ello crea un cóctel perfecto para que se produzcan tormentas que, además, podrían ir acompañadas de granizo, piedras y rachas de viento intensas. Como curiosidad, la llegada de esta masa de aire frío es tan inusual que los mapas muestran valores impropios de un mes de julio.
Incluso se prevé que la cota de nieve pueda descender momentáneamente por debajo de los 3.000 metros entre el jueves y el viernes. Todo ello dejando una fina capa blanca en los picos del Pirineo por encima de los 2.700 metros. El episodio se presenta, por tanto, como uno de los más destacados del verano, con gran variabilidad e incertidumbre en cuanto a la ubicación exacta de las tormentas más fuertes.