En un mundo donde las expectativas de vida cambian a un ritmo acelerado, cada avance médico genera nuevas preguntas y nuevas esperanzas. La edad a la que moriremos ha sido una interrogante constante, tanto para cada individuo, como para la ciencia. Ahora esa respuesta podría estar más cerca de lo que pensamos.
José Hernández, neurocirujano y experto en longevidad, ha hecho una declaración que no deja a nadie indiferente. Y lo ha hecho con una certeza tan rotunda que ha sorprendido incluso a los más escépticos.

La base de una vida larga y de calidad
Durante su paso por el podcast La fórmula del éxito, conducido por Uri Sabat, el especialista habló sobre los factores clave para vivir más. Asegura que la longevidad no depende de un solo hábito, sino de un conjunto de prácticas sostenidas. Hernández destaca que el ejercicio diario, una buena alimentación y el control del estrés son esenciales.
Sin embargo, advierte que nada de eso sirve si no se valoran sus efectos y se mantienen a largo plazo. Para el neurocirujano, la clave está en construir desde la base. Adoptar un estilo de vida saludable no es una moda, sino una inversión que dará frutos con el tiempo.

Inteligencia Artificial y genética: el futuro ya está aquí
El experto fue más allá al afirmar que vivimos una etapa histórica en el campo de la medicina. La tecnología y la inteligencia artificial, combinadas con la biotecnología, marcarán el inicio de una nueva era de longevidad. Hernández se refirió a los llamados "factores de Yamanaka", que ya han mostrado avances significativos en animales.
Asegura que en los próximos 10 o 15 años estos hallazgos serán aplicables a los humanos. Según sus palabras, “viviremos más de 120 años” y “la persona que alcanzará los 150 ya ha nacido”. Añadió que “yo pondría la mano en el fuego de que tú y yo veremos esta tecnología en vida”.

Un nuevo paradigma social en camino
Más allá de lo biológico, Hernández apunta a una transformación profunda en nuestra forma de vivir. Con vidas más largas, deberemos repensar la educación, el trabajo y hasta los modelos familiares. La baja natalidad, combinada con la extensión de la vida, obligará a rediseñar la estructura social.
Todo tendrá que cambiar, desde cómo se planifican las carreras hasta cuándo jubilarse, será un cambio en todos los ámbitos. Sus palabras no solo invitan a la reflexión, sino que proyectan optimismo. Vivir más será una posibilidad real, pero también un desafío colectivo que ya empieza a tomar forma.