El reconocido chef Karlos Arguiñano ha vuelto a poner sobre la mesa un consejo alimentario que ha generado interés en muchos hogares. En esta ocasión, ha señalado un alimento concreto que resulta especialmente perjudicial si se consume a cierta hora del día, y cuyo impacto puede ser aún mayor a medida que envejecemos. La importancia de esta recomendación radica en cómo el momento del consumo de ciertos alimentos afecta a nuestro organismo.
En su programa Cocina Abierta, Arguiñano ha subrayado que el pan blanco es uno de esos alimentos que deberíamos evitar, especialmente en las horas nocturnas. Según ha explicado, comer pan blanco por la noche eleva rápido la glucosa en sangre y favorece la acumulación de calorías difíciles de quemar durante el descanso. Esta acumulación puede resultar en un aumento de peso y, con el paso de los años, en problemas metabólicos.

El impacto de este alimento consumido en la ingesta nocturna sobre la salud
El chef ha sido contundente al afirmar que “el pan de la noche se convierte un poquito en azúcar, y a partir de una edad se nos va cargando la mochila”. Esta frase hace referencia al efecto acumulativo de una dieta poco adecuada, que con la edad tiende a tener consecuencias más evidentes para la salud. Por ello, Arguiñano ha recomendado pan integral o de masa madre, que tienen menor índice glucémico y prolongan la saciedad.
Esta advertencia no solo responde a cuestiones de peso, sino también a la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo II o problemas cardiovasculares, cuyo riesgo aumenta con la edad. El consumo excesivo de carbohidratos simples, especialmente en horarios donde el metabolismo se ralentiza, puede facilitar la formación de agentes inflamatorios que dañan los vasos sanguíneos y afectan la salud general.

Claves para una alimentación equilibrada
Además, especialistas en nutrición insisten en la importancia de combinar alimentos refinados con fuentes de proteínas y grasas saludables para evitar picos bruscos de azúcar en sangre. Por ejemplo, incluir legumbres, frutos secos o semillas en la cena aporta fibra y nutrientes esenciales que benefician la salud intestinal. Además, junto con frutas y verduras que suministran vitaminas, minerales y antioxidantes.
En definitiva, esta recomendación de Arguiñano nos invita a reflexionar sobre no solo qué comemos sino, cuándo lo hacemos. La clave está en adaptar nuestra dieta a las necesidades cambiantes de nuestro cuerpo con la edad, priorizando alimentos que favorezcan un metabolismo más eficiente. Evitar el pan blanco por la noche es un paso sencillo que puede marcar la diferencia en nuestro bienestar a largo plazo.

Nutrición consciente: cuidar el cuerpo a medida que envejecemos
Por último, cabe destacar que mantener una alimentación equilibrada y evitar comidas pesadas en horas tardías es fundamental para cuidar el sistema digestivo y cardiovascular. El consumo excesivo de alimentos procesados, grasas saturadas y alcohol por la noche puede hacer que el cuerpo los tolere peor, causando malestar. Además, esta conducta puede aumentar la inflamación corporal y acelerar el desgaste de órganos vitales.
Por ello, la recomendación de Arguiñano se basa en la prudencia y el conocimiento de nuestro cuerpo, especialmente al envejecer. La nutrición consciente se revela como una herramienta esencial para vivir mejor y de forma más saludable. Adoptar estos hábitos es clave para preservar el bienestar a largo plazo.