En España tenemos varios lugares a los que apodamos con el nombre “Cueva de la Mora”. Además leyendas similares, normalmente relacionadas con el amor entre un joven cristiano y una sarracena, rodean estos lugares. El gran escritor y ejemplo para los amantes de las leyendas, Gustavo Adolfo Bécquer, también utilizo el mismo nombre para titular una de sus leyendas.
Pero en esta ocasión, la leyenda está en la propia Pedriza, en una zona de difícil acceso y a la que únicamente se puede llegar escalando, o bien descolgándose desde la parte superior. Es un lugar mágico por excelencia, un lugar de poder y los montañeros cuentan historias dignas de recordar y de nombrar.
La Cueva de la Mora se encuentra cerca del refugio Giner de los Ríos, al que todavía suben los enseres y bebidas cargados en un burro. No hay medio de locomoción, excepto la tracción animal y nuestras piernas para poder llegar hasta allí y conocerlo.
Leyenda del lugar
La leyenda, como otras tantas, está fechada en la época de la Reconquista. Una joven mora, perteneciente a una rica familia musulmana, se enamoró de un noble cristiano y comenzaron a mantener una relación prohibida, dando rienda suelta al amor. En uno de sus encuentros, fueron sorprendidos por la familia de la joven Fátima. Los padres de la bella mora, la castigaron encarcelándola en el interior de la “Cueva de la Mora” y al joven cristiano, le intentaron dar caza.
Cuenta la leyenda, que la joven musulmana estuvo durante años esperando la llegada de su amado, quien iría a rescatarla de tan cruel destino, y que de la humedad de sus lágrimas, nació un árbol en la rocosa oquedad. Otros cuentan, que desde el momento en que falleció la joven Fátima, su alma despechada vaga entre las formaciones rocosas tratando de buscar a su amor perdido.
También se dice, que el joven cristiano fue apresado, asesinado y enterrado cerca de la Cueva y que la joven, al enterarse de la suerte de este, se suicidó tirándose al vacío desde la oquedad.
Lo que si os puedo contar, y que algunos montañeros y visitantes aseguran es que, cuando han pernoctado en esta maravillosa cueva, se escuchan cantos provenientes de su interior, que el aroma de un perfume desconocido envuelve la estancia, y que el espectro de una bella mora, se ve algunas noches buscando a su amado.