Millones de ciudadanos en Estados Unidos llevan días con una sensación de malestar. La Seguridad Social, más conocida como SSA, acaba de recibir una previsión que muchos definen como un mazazo.
En 2026, podría llegar un aumento muy pequeño en los beneficios de los jubilados. Y eso, a pesar de lo que esperaban. La organización The Senior Citizens League, que sigue de cerca estos números, acaba de prever un aumento del 2,6 % en el Seguro Social para el año que viene.
Malas noticias para millones de jubilados en Estados Unidos: será en 2026
Esta cifra generó decepción porque, aunque supera el 2,5 % de este año, sigue siendo muy leve para cubrir los gastos reales de los jubilados. Esta ligera subida del aumento, conocida como COLA (Cost-of-Living Adjustment o Ajuste por Costo de Vida), parece buena a primera vista.

Pero hay un problema. La inflación actual, llena de precios altos en medicinas, vivienda y transporte, está ocurriendo al mismo ritmo que el COLA. Eso significa que ese 2,6 % de aumento prácticamente no se nota para muchos.
Muchos jubilados no sentirán este aumento
Más preocupante aún: los gastos médicos están escalando rápido. En particular, las primas de Medicare Parte B subirán notablemente, quizá hasta absorber todo el beneficio extra del COLA, especialmente para quienes reciben unos 800 USD o menos al mes.
Lo cierto es que aunque haya un aumento, muchos jubilados no lo sentirán, porque lo perderán en los pagos médicos. De ahí viene el malestar. Muchos pensionistas sienten que este ligero aumento no evidencia un verdadero giro en su bienestar.

La Seguridad Social ha quedado demasiado justo frente a los precios reales. Hay decepción y frustración, porque el aumento proyectado parece insuficiente ante el alza de la vida y la inflación que “avanza al mismo ritmo que el COLA”.
No les queda más remedio que asumir la situación
Además, algunos expertos dicen que el índice que usa la SSA para calcular el COLA (CPI-W) no refleja bien los gastos de los mayores. Gastos como salud y vivienda pesan más en sus bolsillos. Usar un índice más justo como el CPI-E podría dar un aumento mayor y más acorde a sus necesidades.
Todo esto se traduce en un sentimiento generalizado de decepción. Muchos jubilados sienten que, en lugar de ayuda, reciben una señal de que tendrán que asumir la pérdida de poder adquisitivo. La previsión parece un giro, pero no trae alivio real.

