Anabel Pantoja ha vuelto a ser protagonista de la actualidad, aunque esta vez no por su vida sentimental ni por sus vacaciones. La sobrina de Isabel Pantoja atraviesa una etapa de reconstrucción personal y profesional después de meses especialmente difíciles. Su imagen pública, tan ligada al apellido que la hizo famosa, vuelve a estar en el punto de mira.
"El apellido de Anabel Pantoja le puede generar un problema y este es el motivo", ha declarado a Lecturas el experto en imagen y marca personal Pau Sabaté. Una afirmación que resume la dualidad que arrastra la influencer: el peso de la herencia familiar frente a su deseo de construir una identidad propia. ¿Hasta qué punto puede ese apellido condicionar su futuro mediático?

La imagen de Anabel Pantoja bajo la lupa de Pau Sabaté
El año comenzó con un duro golpe para Anabel Pantoja. Su hija Alma fue ingresada de urgencia en el Hospital Universitario Materno-Infantil de Gran Canaria, donde permaneció 18 días en la UMI. La angustia de aquellos días se agravó cuando trascendió que la pareja estaba siendo investigada por un presunto delito de malos tratos.
Desde entonces, Anabel y su pareja han intentado recuperar la calma. Han sido vistos haciendo planes con amigos, viajando a la península y retomando, poco a poco, la normalidad. Aun así, la sombra mediática de aquel episodio no ha sido fácil de disipar y se ha visto algún que otro desencuentro con la prensa.
El experto en imagen y marca personal ha analizado la evolución de Anabel Pantoja tras sus meses más complicados. "La imagen de Anabel Pantoja es una combinación de popularidad, exposición constante y una herencia familiar que multiplica tanto su visibilidad como sus polémicas", explica.
Durante la crisis del ingreso hospitalario de su hija, Anabel optó por el silencio mediático. "Esa estrategia, aunque criticada por algunos, fue acertada desde el punto de vista de la gestión de imagen. Evitó alimentar la especulación y redujo la exposición en un momento de máxima sensibilidad", elogia el experto.

"Más adelante, optó por la evasión, respondiendo de forma esquiva a preguntas delicadas. Finalmente, se dejó ver en programas de televisión, aunque con intervenciones limitadas y muy medidas", resume Sabaté. En su opinión, ese vaivén transmite "una falta de estrategia clara", algo que considera crucial corregir si Anabel quiere consolidar su nueva etapa.
El especialista no duda al señalar el punto más delicado de toda esta ecuación. "El apellido Pantoja sigue siendo un arma de doble filo. La familia se ha mostrado unida en torno a Anabel, pero, al mismo tiempo, esa pertenencia la asocia a polémicas que no son propias", sostiene.
Es precisamente ese vínculo familiar el que, según Sabaté, podría "generarle un problema". Y es que "su apellido le garantiza visibilidad, pero también la expone a un escrutinio constante y a una vinculación con los conflictos del clan".
El desafío de Anabel Pantoja de reconstruir la confianza del público
Superar la presión mediática no es tarea fácil, especialmente cuando el apellido conlleva una herencia emocional y televisiva tan poderosa. En el caso de Anabel Pantoja, su reto actual no se centra solo en limpiar su reputación, sino en redefinirla desde la autenticidad.
"Ahora mismo, el reto de Anabel pasa por algo más que salir indemne de la polémica. Su verdadero desafío consiste en reconstruir la confianza del público", afirma Sabaté con rotundidad. La exposición mediática, combinada con la sobreinformación en redes, exige una estrategia coherente y sostenible.
Para el experto, el camino de Anabel hacia una imagen sólida pasa por la coherencia entre lo que muestra y lo que vive. "La crisis judicial y mediática ha dejado huella, pero no determina su futuro. El camino no será rápido ni sencillo, porque la confianza se recupera con paciencia y constancia", sentencia.
Sabaté considera que la participación de Anabel en Bailando con las estrellas puede marcar un antes y un después. "El programa puede ofrecerle algo más que minutos de pantalla: la posibilidad de redefinir cómo quiere ser percibida por el público", señala.

Según el analista, este nuevo paso televisivo es más estratégico de lo que parece. "No es un programa de corazón ni un debate televisivo, sino un concurso que exige esfuerzo, disciplina y constancia. Precisamente valores que, proyectados en televisión, pueden ayudar a contrarrestar la imagen frívola que la ha acompañado en los últimos tiempos", apunta Sabaté.
De momento, su estrategia avanza con pasos calculados: una reaparición medida, una exposición controlada y un discurso enfocado en el esfuerzo y la superación. El análisis de Pau Sabaté pone nombre a ese equilibrio delicado entre fama y reputación, una línea fina que Anabel Pantoja deberá cuidar si quiere consolidar su nuevo relato mediático.

