En el interior de una de las comarcas más sugerentes de Cataluña se esconde un lugar que parece haber detenido el tiempo. Rodeado de suaves colinas, campos verdes y senderos sinuosos, este destino es perfecto para una escapada para desconectar y dejarse llevar por la calma. Su atractivo radica en la mezcla de un pasado latente con la calidez de un pueblo que recibe a todo el que llega con hospitalidad.
Al avanzar hacia este enclave del Alto Ampurdán, la historia se hace evidente en cada uno de sus rincones, revelando un carácter que ha resistido el paso de los siglos. En medio de este paisaje se encuentra Peralada, un pueblo que ha sabido proteger su legado medieval y consolidarse como un referente vinícola de Cataluña. Sus tradiciones, su arquitectura y su reconocida producción de cava lo convierten en una parada obligada para quienes desean descubrir la esencia de esta tierra.
El encanto medieval de Peralada
Peralada destaca por sus calles empedradas y construcciones que conservan el aire solemne de otras épocas. Uno de sus mayores tesoros es el claustro románico de Sant Domènec, un lugar donde se respira serenidad y se intuye la vida tranquila de los antiguos monjes. Además, el Museo de la Villa narra con detalle la evolución de la localidad, ofreciendo exposiciones que permiten viajar al pasado.
El icono del pueblo es el Castell de Peralada, que se alza con sus torres cubiertas de hiedra y un estanque que completa la postal. En su interior se encuentra un museo que custodia una valiosa colección artística, mostrando el esplendor cultural de la zona. El parque que rodea el castillo es un lugar ideal para pasear entre jardines históricos y disfrutar de la quietud que define el carácter de este pueblo catalán.
La tradición vinícola y las bodegas de cava
Más allá de su legado histórico, Peralada es famosa por su vinculación con el mundo del vino espumoso. Alberga algunas de las bodegas más prestigiosas de toda Cataluña, como las del Castell de Peralada, que son un verdadero emblema de la producción de cava de calidad reconocida internacionalmente. Las visitas guiadas por estas bodegas permiten conocer el proceso de elaboración del cava, culminando en catas donde se descubren los aromas y burbujas que han dado fama a esta bebida.
Situado cerca del río Llobregat, el entorno natural del pueblo ofrece un marco perfecto para caminatas relajadas y paseos entre naturaleza. Con alrededor de 2.500 habitantes, mantiene un ambiente íntimo y acogedor que hace sentir al visitante como en casa. Historia, arte, tradición vinícola y un paisaje lleno de encanto se unen en Peralada para ofrecer una experiencia única en el corazón de Cataluña.