Una persona camina por un paisaje nevado con un abrigo oscuro y capucha, mientras un símbolo de advertencia y una bandera con franjas rojas y amarillas aparecen superpuestos en la imagen.

Ya hay fecha: este día podríamos ver las primeras nevadas en las montañas de Cataluña

Pese a que todavía estamos vistiendo con manga corta, lo cierto es que el tiempo podría dar un vuelco inesperado

El calendario avanza y el final del verano está cada vez más cerca. Aunque el calor todavía perdura, los mapas empiezan a dejar entrever un cambio de escenario que podría traer inesperadas sorpresas.

Según los primeros análisis a largo plazo, entre el 18 y el 20 de septiembre podrían producirse las primeras nevadas. Eso sí, solo en las cumbres más elevadas del Pirineo catalán.

Un coche cubierto de nieve con un mapa de Cataluña y un icono de advertencia superpuestos.
La nieve podría empezar a verse en el Pirineo en unos días | Europa Press, Getty Images

Se trata de una previsión aún incipiente y con alto grado de incertidumbre, pero suficiente para llamar la atención de los expertos. Que la nieve llegue en esas fechas no es un fenómeno imposible, pero sí poco habitual después de un verano marcado por temperaturas extremas y olas de calor.

El calor todavía no ha dicho adiós

A corto plazo, lo que está claro es que el calor todavía no ha dicho su última palabra. Tras un inicio de septiembre con temperaturas agradables, los pronósticos apuntan a un nuevo ascenso térmico a partir del próximo viernes. Este repunte situará de nuevo los valores en niveles plenamente veraniegos durante el fin de semana, con máximas de alrededor de 35 grados.

Este episodio cálido no será puntual. La semana del 15 también se presenta marcada por el calor, consolidando la idea de que, pese a que el otoño meteorológico ya se ha iniciado, el ambiente veraniego seguirá presente. Sin embargo, existe la hipótesis de ver nieve en el Pirineo entre los días 18 y 20 de septiembre, ya que así lo apuntan algunos mapas meteorológicos a largo plazo.

De confirmarse, este aire más inestable podría chocar con la masa cálida previa y generar un brusco descenso de temperaturas en las zonas de montaña. El resultado sería la aparición de las primeras precipitaciones sólidas en las cumbres más elevadas, donde la altitud supera con creces los 2.000 metros. Sin embargo, los meteorólogos insisten en que aún es pronto para darlo por seguro.

A falta de más de una semana, los modelos de predicción pueden variar significativamente. No obstante, el simple hecho de que aparezca esta posibilidad en los escenarios numéricos ya resulta interesante. Sobre todo, para anticipar la transición estacional que se avecina.

Un verano que no será eterno

Mientras que el interior seguirá rozando o superando los 40 grados en los próximos días, la atmósfera comienza a dar señales de que el verano no será eterno. De hecho, septiembre podría regalar los primeros indicios del invierno en las montañas.

Por ahora, no es recomendable guardar todavía la ropa de verano, ya que el calor será protagonista durante, al menos, otra semana más. Por ahora, toca seguir atentos a los mapas y disfrutar de los últimos coletazos del verano, sin perder de vista que el otoño ya empieza a asomar tímidamente.