Hace veinte años se descubrió una de las historias más escandalosas para la monarquía española. El rey Juan Carlos mantuvo una relación secreta y apasionada con Corinna Larsen, una realidad que la reina Sofía nunca ha querido reconocer públicamente. A pesar del paso del tiempo, la reina Sofía sigue sin reconocer públicamente lo ocurrido.
La relación comenzó con un amor desbordado que Juan Carlos expresó claramente a Corinna en junio de 2005, cuando le pidió matrimonio. Corinna dudó, recordando que la reina Sofía estaba presente y que la situación era complicada. Sin embargo, el rey insistió en que lucharía por ese amor, sin importarle las dificultades que eso pudiera causar.

Durante ese tiempo, el rey se alejó de amigos, familiares y de la reina Sofía, la cual llegó a intervenir en momentos decisivos. En una ocasión, Sofía apareció de improviso en la casa privada del rey para “pillarnos”, explica Corina. Además, narró que la reina la señaló con el dedo y le advirtió en inglés que sabía quién era ella y que no iba a tolerar la relación.
La reina Sofía y el rey Juan Carlos: una historia de secretos y tensiones
A pesar de esta intervención, Juan Carlos pidió perdón a Corinna y justificó que su matrimonio con Sofía hacía años que estaba roto y que ella estaba al tanto de todo. Sin embargo, la reina nunca reconoció ni aceptó públicamente la situación, lo que ha mantenido viva la tensión dentro de la Corona. Su silencio ha sido interpretado como una postura firme que mantiene la imagen tradicional, aunque a costa de un profundo dolor privado.

Corinna ha relatado también cómo el rey quiso formalizar su relación, presentándola a su padre y regalándole un anillo de compromiso. Sin embargo, esta unión nunca llegó a hacerse pública ni a ser aceptada por la familia real oficial. Mientras tanto, Sofía permaneció como la reina oficial, soportando en privado la traición y las humillaciones, sin manifestarlo ante la opinión pública.
La verdad detrás del silencio de la reina Sofía sobre las revelaciones del rey Juan Carlos
La noticia causó un gran revuelo en España, que en ese momento se encontraba distraída con otros asuntos de la familia, como el matrimonio de Letizia. No obstante, con el tiempo se ha confirmado que esta fue una de las peores crisis para la monarquía, poniendo en evidencia tensiones internas muy graves. Veinte años después, la reina Sofía sigue sin admitir lo sucedido, manteniendo un muro de silencio que parece inquebrantable.

Esta historia no solo ha marcado la vida privada de los reyes, también ha tenido un impacto profundo en la imagen pública de la Corona. La falta de reconocimiento y la negativa de Sofía a aceptar esta realidad han alimentado el misterio y la controversia. Dos décadas más tarde, la peor noticia sigue sin cerrarse, dejando heridas abiertas en la historia de España.