Alejandra Gere ha dado un paso que muy pocos imaginarían para los hijos de una gran estrella de Hollywood. En lugar de criarlos entre focos, estrenos y cámaras, ha optado por ofrecerles una infancia alejada de los lujos del espectáculo.
La empresaria española y el actor estadounidense comparten una visión muy clara sobre la educación de sus pequeños. Aunque tienen la vida económicamente resuelta, creen firmemente que eso no significa que deban crecer rodeados de privilegios.

Por eso, Alejandra ha escogido una finca en plena Extremadura para establecer una rutina distinta para los pequeños. Se trata de la Finca Casarejo, ubicada cerca de Navalmoral de la Mata, en la provincia de Cáceres.
La familia ha pasado varias jornadas en este entorno rural, lejos del bullicio de las grandes ciudades. Allí, los niños han recibido lecciones sobre la fauna local, especialmente sobre aves, gracias a la ayuda de expertos que trabajan en la finca.
Alejandra Silva quiere proteger a sus hijos
Alejandra ha mostrado su agradecimiento al técnico especializado en ornitología con palabras sinceras. “Gracias, Ramón”, le ha dicho públicamente, compartiendo su gratitud tras una jornada en la que los pequeños aprendieron observando la vida en libertad.
La finca alberga más de 150 especies de aves, lo que la convierte en un entorno ideal para fomentar el amor por la naturaleza. Alejandra quiere que sus hijos crezcan sabiendo valorar lo esencial y sin sentir la presión de llevar el apellido de un actor mundialmente famoso.

El actor, que lleva años centrado en su vida familiar y en causas humanitarias, también ha apostado por una crianza más auténtica. Ambos padres desean que sus hijos vivan experiencias reales, aprendan de su entorno y no se dejen arrastrar por la fama.
Desde su matrimonio en 2018, Alejandra y Richard han mantenido un perfil bajo, alejados de los focos. Aunque su historia de amor ha despertado mucho interés, siempre han defendido su intimidad por encima de todo. Y ahora, con sus hijos, no han hecho ninguna excepción: los protegen con la misma determinación.
Los hijos de Richard Gere y Alejandra Silva
Los niños, nacidos en 2019 y 2020, todavía son pequeños, pero Alejandra ya ha empezado a construir para ellos una vida consciente. Quiere que valoren las cosas simples, que aprendan el valor del trabajo y que crezcan siendo humildes.
Mientras muchos hijos de celebridades crecen rodeados de asistentes, redes sociales y cámaras, los hijos de los Gere están aprendiendo a identificar aves. Están conociendo el campo, escuchando historias de animales y viviendo con los pies en la tierra. Es una infancia radicalmente distinta a la que podrían haber tenido en Los Ángeles o Nueva York.
Alejandra ha afirmado en diversas ocasiones que lo más importante es que sus hijos sean buenas personas. No le interesa que sean famosos, ricos o admirados, sino que tengan una base emocional sólida.

Navalmoral de la Mata se ha convertido así en un lugar muy especial para la familia. No es solo un refugio, sino un aula al aire libre donde los niños pueden aprender sin presiones. La finca es privada, discreta y perfectamente adaptada para ofrecerles tranquilidad y contacto real con la naturaleza.
La decisión de Richard Gere y su mujer
Esta decisión también tiene un significado personal para Alejandra, que siempre ha sentido un fuerte vínculo con España. Criar a sus hijos en su país y mostrarles las raíces de su cultura es algo que le ilusiona profundamente. Extremadura, con su belleza rural y su ritmo pausado, le ofrece exactamente lo que buscaba.
En la finca, los niños no solo aprenden sobre naturaleza, también desarrollan habilidades prácticas. Plantan, observan animales, preguntan, se ensucian y disfrutan del tiempo libre sin tecnología. La vida rural les da margen para crecer sin prisas, con espacio para explorar y sin sentirse observados.
Aunque no es una decisión definitiva, Alejandra tiene claro que este estilo de vida formará parte de su educación. No reniegan de su entorno mediático, pero tampoco quieren que ese sea el único marco de referencia. En su hogar, lo prioritario es el equilibrio entre la libertad y la responsabilidad.