Después de varios días de incertidumbre y especulaciones sobre el estado de salud de la reina Margarita, el rey Federico ha dado un paso al frente para calmar los ánimos. Su madre, ingresada en el hospital Rigshospitalet de Copenhague a causa de un fuerte resfriado, había cancelado sus compromisos oficiales, encendiendo todas las alarmas en Dinamarca. Finalmente, el monarca ha querido transmitir tranquilidad con unas palabras que han emocionado profundamente al país.
Durante su última aparición institucional, Federico abordó por primera vez la situación de su madre con un breve pero contundente mensaje. “Hasta ahora, solo puedo decir buenas noticias”, declaró, en un intento claro de apaciguar las preocupaciones que rodeaban a la figura de la reina emérita. La frase sencilla, pero directa, fue suficiente para generar alivio entre los ciudadanos, que llevaban días esperando una actualización oficial.

La reina Margarita, de 84 años, había sido ingresada como medida de precaución, según informó la propia Casa Real. El comunicado explicaba que la hospitalización respondía a la evolución del resfriado que había contraído días antes, y aseguraba que su estado era estable. Sin embargo, el hermetismo habitual de la familia real danesa no hizo más que incrementar la inquietud pública.
Por eso, la declaración de Federico ha sido interpretada como un gesto muy significativo en un momento especialmente delicado. El monarca, que asumió el trono hace apenas unos meses, es consciente del cariño que la población sigue profesando a su madre. Y con esa frase, quiso no solo informar, sino también consolar a quienes temían lo peor.
El estado de salud de la reina Margarita
La reina fue dada de alta del hospital dos días después de su ingreso, y regresó al Palacio de Fredensborg en buenas condiciones. La Casa Real emitió un nuevo comunicado en el que se destacaba su buen estado de ánimo y su evolución positiva. Además, se indicó que, si los médicos lo autorizan, retomará sus funciones el próximo 22 de mayo.

A pesar de la recuperación de la reina, no han faltado las críticas en torno al comportamiento de algunos miembros de la familia. En particular, ha generado polémica que el mismo día del ingreso hospitalario, Federico acudiera a un concierto de rock tras visitar a su madre. También ha sorprendido la ausencia total de Mary de Dinamarca, que no se dejó ver por los alrededores del centro médico.
No obstante, el foco ha vuelto a situarse en las palabras del rey, que han tenido un gran impacto emocional en el país. El tono sereno de su declaración y la elección cuidadosa de sus palabras han reforzado su imagen como nuevo líder de la monarquía. Y han confirmado que, a pesar de la preocupación inicial, la salud de Margarita II evoluciona favorablemente.

En un momento en el que Dinamarca aún se está acostumbrando a una nueva etapa institucional, el gesto de Federico ha sido visto como una muestra de cercanía y compromiso. No necesitó dar grandes explicaciones ni extenderse en detalles para calmar los temores de los daneses. Le bastó con confirmar lo esencial: que su madre está bien y que, por el momento, no hay motivo de alarma.
Su aviso ha tenido un fuerte componente emocional, porque la reina Margarita no es solo una figura histórica, sino un símbolo de estabilidad para muchas generaciones. Por eso, saber que se encuentra recuperándose y de buen ánimo ha sido un auténtico alivio para miles de ciudadanos. Y el hecho de que fuera su hijo quien lo confirmara, en persona y con palabras claras, ha reforzado aún más ese mensaje de esperanza.