La reina Camila ha cumplido recientemente 78 años, además, ha sido nombrada primera vicealmirante honoraria del Reino Unido y su imagen pública ha mejorado notablemente. Cada uno de sus pasos ha sido seguido con atención y lo último no ha pasado desapercibido. La monarca ha compartido una entrañable jornada con varios de sus nietos y Buckingham Palace no lo ha querido ocultar: La conexión con los más pequeños de la familia es evidente.
Hace unas semanas, Camila acudió a un evento especial, que coincidía con el 50º aniversario de la Fundación Comunitaria de Wiltshire y Swindon. Pero su presencia ha ido más allá de un acto institucional y la reina ha llevado a cinco de sus nietos a una excursión inesperada.

El destino ha sido la heladería efímera Anya Hindmarch Ice Cream Project, ubicada en Belgravia. Esta heladería ha regresado a Londres por cuarto año consecutivo. Su fama ha crecido por sus sabores extravagantes e insólitos.
La reina Camila sale de Buckingham Palace y se lleva a sus nietos de excursión
A la cita han asistido cinco de sus nietos biológicos. Todos ellos son hijos de Tom Parker-Bowles y Laura Lopes, fruto del matrimonio anterior de Camila con Andrew Parker Bowles. Se trata de Lola, Eliza, Freddy, Gus y Louis y estos tres últimos han sido pajes en la coronación del rey Carlos III.
Durante la visita, la reina y sus nietos han participado en una cata a ciegas. Han probado 15 sabores diferentes. Algunos han resultado verdaderamente sorprendentes.

Entre los helados catados han estado Irn-Bru, crema pastelera Bird’s, salsa gravy Bisto y cebollas encurtidas Garner’s. También han probado sabores como barritas de galleta McVitie’s Club Orange, sriracha Flying Goose, sal en escamas Maldon y aceite de oliva Filippo Berio. Camila ha mostrado una actitud divertida y relajada y sus nietos han disfrutado con curiosidad cada uno de los sabores.
Nadie ha interrumpido la actividad. Tampoco se han visto cámaras intrusivas. La visita ha sido tan discreta como significativa.
La reina Camila disfruta de un día con sus seres queridos fuera de Buckingham Palace
La degustación ha formado parte del llamado Blind Tasting Tea, que se celebra cada tarde hasta septiembre. El precio es de 45 libras por persona.

Incluye las catas, limonada o agua con gas y galletas de mantequilla. Una experiencia única y Camila ha querido compartirla con los suyos.
Con este gesto, la reina ha dejado clara su cercanía. Buckingham Palace no ha ocultado nada. La relación de Camila con sus nietos ha sido sincera y natural y ha quedado más que demostrada.