Miguel Bosé atraviesa una de las etapas más serenas de su vida. Después de años marcados por el conflicto y la tensión, el cantante ha decidido hablar alto y claro sobre su situación familiar. En especial, sobre la relación con Nacho Palau y el bienestar de los hijos que comparten.
El artista ha aprovechado su regreso a los escenarios para conceder una entrevista a Esquire, donde ha abierto su corazón como pocas veces antes. En ese encuentro, además de hablar de su nueva gira y de su evolución personal, ha confirmado algo que muchos esperaban oír: el enfrentamiento con Palau ya está superado. “Los niños están perfectamente y muy bien cuidados”, ha asegurado con rotundidad.

Durante mucho tiempo, su separación del escultor valenciano generó una gran polémica. La decisión de dividir a los niños en dos casas —dos en México con Bosé y dos en Valencia con Palau— fue duramente criticada por la opinión pública. Sin embargo, Miguel insiste en que el bienestar de los menores siempre fue la prioridad para ambos.
Ahora, años después de aquella ruptura tan mediática, el artista confirma que todo está en orden. Ya no hay conflictos entre los padres y los niños han superado el bache emocional que supuso la distancia. Aunque fue una etapa compleja, la situación actual es completamente distinta y mucho más tranquila.
Los hijos de Nacho Palau y Miguel Bosé
Miguel Bosé asegura que los pequeños están felices y se sienten profundamente unidos a sus padres. Él mismo ha compartido una anécdota muy significativa que refleja esa conexión emocional tan fuerte. Ocurrió en México, cuando sus hijos por fin pudieron verle actuar en directo por primera vez.
Hasta ese momento, los niños conocían a su padre solo en su versión más doméstica y cotidiana. Le veían cocinar, leer, andar en pijama por casa, pero nunca habían experimentado la magnitud del artista que ha llenado estadios durante décadas. Aquella noche lo cambió todo para ellos.
“Papá, estamos muy orgullosos de que seas nuestro padre”, le dijeron después del concierto, emocionados. Le confesaron que, aunque sabían que era un gran cantante, nunca habían podido comprender del todo el porqué de su fama. Solo al verle sobre el escenario lo entendieron de verdad, y entonces todo cobró sentido.

Para Miguel, ese momento fue profundamente transformador. Sus hijos no solo le admiraron, sino que también le validaron como padre y como artista, algo que no siempre es fácil de equilibrar. Aquellas palabras le emocionaron y le ayudaron a reconciliarse aún más con su presente.
Bosé reconoce que está viviendo un proceso de renovación personal muy profundo. Después de años complicados —marcados por problemas de salud, polémicas públicas y distanciamiento familiar— ha decidido reencontrarse consigo mismo. Se presenta como un nuevo “yo”, más calmado, más consciente y con muchas ganas de disfrutar del presente.
El Miguel Bosé de hoy es un hombre sereno, que ha aprendido a convivir con las cicatrices del pasado. Ha dejado atrás las luchas judiciales, los reproches y las tensiones con Nacho Palau, que durante años empañaron su vida personal. Ahora, la prioridad absoluta es la estabilidad de los niños.
Miguel Bosé y Nacho Palau han firmado la paz
Aquella etapa en la que el distanciamiento con Nacho se vivía con declaraciones cruzadas ya ha quedado atrás. Según sus palabras, hoy reina la armonía y existe una colaboración positiva en la crianza. Los cuatro niños, que antes vivían separados, mantienen una relación estrecha y se sienten parte de la misma familia.
Bosé no esconde que hubo momentos duros y decisiones difíciles que debieron tomar por el bien de todos. Dividir a los niños fue una de ellas, pero con el tiempo, afirma, todo ha encontrado su lugar. La clave, insiste, ha sido no perder de vista lo más importante: el amor por los hijos.

El orgullo de sus hijos y la paz familiar le han dado la confianza que necesitaba para esta nueva etapa. Por eso, su regreso no es solo musical, sino también personal. Se trata de un renacimiento completo, en el que ha podido sanar heridas profundas y mirar al futuro con esperanza.
Miguel Bosé vive ahora con la tranquilidad que da saber que las cuentas pendientes están resueltas. Nacho Palau sigue formando parte del entorno de los niños, y aunque cada uno hace su vida por separado, el respeto mutuo ha sustituido al conflicto. Una buena noticia que pone fin a años de tensión.